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Análisis de Horizon Forbidden West - La madurez de Aloy en búsqueda de lo prohibido

Análisis de Horizon Forbidden West - La madurez de Aloy en búsqueda de lo prohibido

Guerrilla construyó las bases hace cinco años con Zero Dawn y ahora nos demuestra que han creado una licencia que no solo quiere hacer historia en el mundo de los videojuegos; sino también en la ciencia ficción en general.

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En la visión moderadamente optimista propia del ser humano, solemos pensar en el futuro lejano como un lugar repleto de edificios gigantes, coches voladores o robots fabricando en cadena. Siempre pensando en la evolución y sin tener demasiado en cuenta otro factor propio de nuestra especie como es el egoísmo; eso y el pensar que nada malo va a suceder a pesar de las señales evidentes de que algo no va bien. Y, sinceramente, veo más factible que todo se vaya al carajo. O que solamente se salven los ricos.

Lo que planteaba Horizon: Zero Dawn me fascinó por muchos matices. Principalmente por la visión de Guerrilla del apocalipsis, que no renuncia a los avances técnicos, pero los utiliza como el punto de partida de la involución sufrida por la humanidad; que vuelve a esta regida por tribus -aunque, realmente, nunca dejó de estarlo- pero, ahora la fauna la dominan trozos de hojalata y cables que son igual de imponentes o incluso más que aquellos seres primitivos.

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La fórmula era perfecta y demostraba el talento del estudio neerlandés, quienes hasta entonces tenían el sambenito de obras que destacaban por sus gráficos pero que no acababan de despuntar en su género. Con las aventuras de Aloy, y la propia presencia y carisma de la protagonista, eso cambió. Con lo mencionado en estas líneas y más de 20 millones de juegos vendidos se abala la llegada de Horizon Forbidden West; y para empezar diremos que demuestra que lo de Guerrilla no fue casualidad.

Un viaje hacia lo desconocido sin salir de la zona de confort

Creo que se nota en los párrafos anteriores, pero probablemente, lo que más destaco del primer Horizon es su narrativa. El golpe de efecto que da el título cuando explican todo sobre la terraformación y cómo el planeta Tierra ha acabado en la situación distópica que plantea su narrativa me quedé con la boca abierta. Por tanto, en esta secuela tenía mucha más intriga de qué es lo que pasaba con Sylens y los motivos por los que Aloy tiene que emprender un rumbo viaje al Oeste que el hecho de acabar con todas las máquinas que se me interpongan por el camino; que también.

Tras acabar con Hades y evitar una nueva destrucción de la Tierra, comienza a aparecer una misteriosa plaga que va dejando un rastro rojo en la vegetación del planeta y toca volver a salvar el mundo. Obviamente, la premisa es solamente el punto de partida para una trama que avanza abriendo numerosos frentes, resultando abrumador por momentos.

No voy a hacer spoilers, pero sí que quiero transmitiros algunas de las sensaciones que me ha transmitido este viaje al Oeste Prohibido. Una vez más, su historia me ha maravillado y lo destaco como el aspecto más positivo del juego. Pocas veces suelo disfrutar perdiéndome tanto en los videojuegos de mundo abierto, aparcando una historia que me está llenando de intrigas para ponerme a hacer algunas de las infinitas tareas que propone la aventura. Y esa magia no es fácil de transmitir en títulos de este corte, cada vez más abundantes y faltos de ideas. Forbidden West no revoluciona este subgénero, pero sí es capaz de añadir sus propios matices y dotar de personalidad a cada detalle y rincón del escenario.

Aunque en los compases iniciales puede dar la sensación contraria, lo cierto es que las misiones secundarias de Horizon Forbidden West son muy elaboradas. Por el camino hay muchas distracciones positivas que nos llevarán a investigar la zona y, sin que nos demos cuenta, estaremos inmersos intentando mediar en una lucha de poder en una tribu o intentando cumplir los deseos de nuestro escuadrón. Porque sí, tenemos un equipo de aliados que nos van ayudando en nuestras tareas, especialmente desde que aproximadamente la mitad del desarrollo tenemos una base de operaciones que nos sirve para gestionar varios conceptos del progreso. Pero, sobre todo, sirve para desgranar más sobre las motivaciones o las inquietudes de quienes tenemos al lado. Porque esto no va solo de sacar el mundo, sino también de ofrecer un punto de vista personal e incluso crítico a la sociedad en la que vivimos.

Porque sí, tenemos un equipo de aliados que nos van ayudando en nuestras tareas, especialmente desde que aproximadamente la mitad del desarrollo tenemos una base de operaciones que nos sirve para gestionar varios conceptos del progreso. Pero, sobre todo, sirve para desgranar más sobre las motivaciones o las inquietudes de quienes tenemos al lado. Es algo que me parece muy importante y todo un acierto, porque esto no va solo de sacar el mundo, sino también de ofrecer un punto de vista personal e incluso crítico a la sociedad en la que vivimos -y hay bastantes palitos a lo egoístas que somos los "Antiguos" si leemos bien entre líneas-. Este toque a lo "Mass Effect" le sienta de maravilla. Porque he sido capaz de sentirme como en la Normandía; preocupado por mis compañeros y he sentido que lo que me pedían tenía coherencia e interés; y no simple relleno para echarle más horas.

Como contrapunto, y por poner un pequeño lunar, hay momentos en los que la trama principal añade demasiados ingredientes y no se acaba de profundizar en condiciones en todos ellos. Se abren frentes que a priori son amenazantes, pero se acaban diluyendo. Muchas de estas situaciones se resuelven de forma atropellada, y casi cuando ya nos habíamos olvidado de su existencia, porque la mayoría de situaciones que aporta la trama principal se dirimen en la recta final; con su inicio y desenlace, pero con un nudo testimonial. Tomad esto como una opinión personal y por sacarle algo de punta a la obra en ese aspecto; y teniendo en cuenta que es muy difícil de explicar los motivos por los que digo esto sin hacer destripes del final o de otras sorpresas de las que no puedo -ni quiero- hablar.

Pero, en líneas generales, el mundo abierto de Horizon Forbidden West está tan bien construido y desarrollado que os abrazará sin que os deis cuenta para teneros absorto durante horas. Es una evolución tan bien medida y gratificante que no dejaréis de descubrir detalles especiales. Desde hacer una misión secundaria que parece mundana hasta datos de bruces con una gigantesca serpiente. Hasta maravillaros con las sensaciones que produce el descubrir nuevas especies, adentrarse en cuevas que son edificaciones tecnológicamente avanzadas, resolver rompecabezas haciendo uso del escenario en las ruinas de reliquia, acabar con puestos rebeldes, echar el rato con juegos de mesa, cazar animales o máquinas para mejorar nuestro armamento. Y, por supuesto, escalar por cuellilargos. Aunque parezca una frase hecha, en este caso es literal; podréis explorar por tierra, mar y aire. Completar la aventura principal os llevará unas 40 horas, pero ir más allá os dará, no decenas de horas de contenido; sino decenas de horas de diversión.

Evolución sin revolución

Probablemente, una de las cosas en las que todos estaremos de acuerdo cuando el juego salga a la venta es que es bastante continuista con respecto a su predecesor. Si es positivo o negativo dependerá de tus gustos, pero la pregunta se resuelve fácil. Si os encandiló la primera entrega, esta secuela lo hará todavía más; si su combate, algo caótico en ocasiones, no os acabó de hacer click, Forbidden West no difiere en demasiado de lo que hacía Zero Dawn en lo referente a su combate y desarrollo.

No es "más de lo mismo", ni mucho menos. Porque el combate premia también la exploración que hayamos realizado, asignando tareas para mejorar nuestras armas o atuendos. Es importante analizar con el foco de Aloy las características de cada máquina antes de lanzarnos a la batalla y así determinar sus puntos débiles. Pero, si no tenemos el tipo de munición a la que es vulnerable, el combate se alargará considerablemente, o la bestia metálica -las hay de un tamaño descomunal- nos hará añicos. También podemos utilizar el siempre bienvenido recurso del sigilo, analizando los movimientos del enemigo y plantar trampas en el camino para no embarrarnos demasiado; algo que resulta especialmente gratificante.

Es aquí donde entra en juego parte de la libertad dirigida que ofrece, tanto la saga por su concepción como el mundo abierto que aguarda. Cada batalla contra estos enemigos, especialmente los más imponentes, son especies de rompecabezas que nos hace reinventarnos a cada momento, buscando cómo dañar a nuestros rivales en estas intensas luchas tácticas, en las que a veces no hay respiro. Además, el juego aboga por la espectacularidad gracias a los movimientos de Aloy, que ahora se puede mover por puntos del escenario con el gancho y saltar o deslizarse para ralentizar la escena y añadir puntos de estilo -aunque solamente morales- al momento.

Horizon Forbidden West también toma un poco prestado de la saga Assassin's Creed con su nuevo árbol de habilidades, algo que es todo un acierto. Primero porque acrecenta la sensación de progreso y el querer probar cosas nuevas que nos sirvan para cumplir con los objetivos. Tenemos seis ramas diferentes: guerrera, trampera, cazadora, superviviente, infiltrada y maquinista. A medida que los vayamos desbloqueando iremos mejorando las posibilidades de Aloy. Y desbloquearemos las denominadas "Oleadas de valor" de las que podremos elegir entre distintas opciones que nos darán un poder extremo durante unos segundos, haciendo más daño, añadiendo una especie de escudo a nuestra protagonista o restaurando paulatinamente la salud. Un añadido sutil y necesario que aporta un mayor empaque al desarrollo del personaje.

Ah, y no os preocupéis demasiado por la gestión del inventario, que era uno de los problemas en el original. Es verdad que tendremos que ir recolectando recursos de forma automática por el escenario para tener munición, componentes o bayas de salud. Pero las sobras se irán a nuestro Alijo, al que podremos acceder para rellenar nuestro inventario cuando estemos escasos. De esta forma se simplifica esta cuestión y se evita tener que dar vueltas innecesarias por el mapa para encontrar según qué elementos.

Conflicto generacional

El apartado técnico de Horizon Forbidden West es notable y nos dejará con la boca abierta con algunos de sus paisajes, que si bien son deprimentes por su concepción post-apocaliptica, nos dejan pasmados y admirándolos durante segundos sin darnos cuenta. A nivel artístico, el trabajo de Guerrilla es espectacular y resulta clave a la hora de dar una personalidad desbordante a la concepción de un universo tan especial. Eso, lo podemos acompañar con pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos, como por ejemplo el sudor de Aloy cuando está en parajes desérticos. O que la recreación de rostros de NPCs sin aparente importancia no tienen nada que envidiar a la protagonista en cuanto a nivel de detalle.

El motor gráfico Décima es una virguería a la que ya hemos visto sacar rendimiento esta generación en juegos como Death Stranding. Pero también creo que le pasa factura el ser un desarrollo intergeneracional, que deja fallitos que pueden sacar un poco del contexto. Personajes con miradas perdidas, el pelo de Aloy y su exceso de movimiento o la aparición de algo de popping al avanzar con rapidez por los escenarios; como por ejemplo volando con el Alaescudo. Puede que sea el peaje de no dedicar un desarrollo exclusivo para PS5; pero tal y como está la situación, con una generación en sus albores y los problemas que hay de abastecimiento, haber abandonado a los millones de poseedores de PS4 -donde también parece rendir muy bien como hemos visto en vídeos- habría sido un suicidio comercial.

Puede que también se me haya quedado algo escaso el uso del DualSense, cuya presencia es apenas testimonial al escalar o al camuflarnos entre la vegetación. En un juego en el que la protagonista porta diversos tipos de arco, esperaba algo más de profundidad en el uso de los gatillos para favorecer la inmersión; o sentir más los golpes que se lleva la pobre Aloy con los ataques de las máquinas. Por otro lado, merece mención especial también al apartado sonoro en todos sus aspectos. Tanto en los efectos de las máquinas, que nos harán tragar saliva, como en su banda sonora que es magistral y un doblaje de lujo, encabezado por Michelle Jenner como Aloy.

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Horizon Forbidden West es la evolución perfecta de la saga. No añade muchas piezas a su engranaje, pero las que añade son tan sutiles que mejoran la experiencia de forma considerable. Guerrilla ha construido un mundo en el que da gusto perderse gracias a sus infinitas posibilidades. Un universo que tiene personalidad propia y que llega por una Aloy que se muestra todavía más valiente y entregada para convertirse en una completa inspiración. A una narrativa que nos volará la cabeza por momentos, le acompaña una jugabilidad intensa y variada y un mundo abierto fascinante gracias a numerosos matices; pero especialmente gracias a la constante sensación de descubrimiento que nos evidencian que estamos ante algo muy especial.

Su mundo abierto y sus infinitas posibilidades que nos atraen de forma orgánica
La historia de Aloy evoluciona añadiendo nuevos componentes e inesperados componentes a la receta
El nuevo árbol de habilidades y algunos gadgets de Aloy hacen que los combates sean más técnicos y espectaculares
El diseño artístico y la producción audiovisual es un auténtico espectáculo
La trama quizás se cierra de forma abrupta
Algunos errores técnicos constantes pueden sacarnos un poco de la experiencia

Ficha técnica

  • Título: Horizon Forbidden West
  • Desarrolla: Guerrilla
  • Distribuye: PlayStation
  • Idioma: Voces y textos en español
  • Fecha de lanzamiento: 18 de febrero de 2022
  • Plataformas: PS5 y PS4
  • Precio: 69,99€ en PS4 y 79,99€ en PS5
Comentario
José L. Ortega
José L. Ortega  - Editor

La mitad de lo que conocemos es mentira; la otra mitad, una mentira bien construida.

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