HBO tiene Juego de Tronos y todas las licencias de Warner Bros, Amazon Prime Video y Apple TV tienen el dinero por castigo y la posibilidad de comprar todo tipo de propiedades intelectuales, mientras Disney + cuenta con Marvel, Star Wars y mucho más. ¿Qué le queda entonces a Netflix? Realities, algún bombazo que exprime hasta la extenuación como Stranger Things y un tipo de documental que está viviendo su momento dorado: los true crimes.
Los asesinos en serie atraen al público, y dan pie a crear buenas series como la notable Mindhunter, pero son especialmente potentes cuando son documentales. Los crímenes sin resolver, las desapariciones sin dejar rastro y los retratos de personas trastornadas tienen algo magnético. No en vano, este pasado Halloween hemos visto como los disfraces de Dahmer han sido lo más reclamado.
Paradójicamente, el sector del videojuego vive un momento similar. Los grandes títulos son remakes, o juegos inspirados en anteriores éxitos. Cada vez hay más concentración de licencias en Sony o Microsoft, y es complicado salirse de la norma creando algo que triunfe en el gran público sin apoyarse en realidades conocidas por los consumidores.
Los True Crime llegan a los videojuegos
Ahí entran compañías de tamaño superior a los indies, pero que no son masivas (je) como Supermassive Games, la cual opta por algo tan distinto al resto como crear una antología de videojuegos de terror. Cada ciertos meses, se lanza al mercado un producto que sigue la estela de su éxito primigenio, Until Dawn. Aventuras narrativas de terror en las que son nuestras decisiones y unos pequeños QTE los que dictaminan lo que sucederá a continuación. Enumeremos:
- 2019 - The Dark Pictures: Man of Medan
- 2020 - The Dark Pictures: Little Hope
- 2021 - The Dark Pictures: House of Ashes
Además de estos títulos, está el interesante experimento Intenciones Ocultas para PS4 que se jugaba en cooperativo con los móviles o el más reciente The Quarry, proyecto similar, pero no perteneciente a la Antología y que acabó siendo lanzado este mismo año tras unas negociaciones para su publicación.
Por lo tanto, este mismo año 2022 se han lanzado dos videojuegos por parte de Supermassive. Porque además de The Quarry, tenemos The Devil In Me, al que ya hemos jugado. Y con él es justo con el que se cierra el círculo. Porque si tuvimos terrores marinos, pesadillas y hasta monstruos en la Guerra de Irak, The Devil In Me es la grabación de un true crime que, como supondréis, sale mal.
El hotel del terror
En un prólogo centrado en finales del siglo XIX, se nos muestra el hotel "de los horrores" de H.H. Holmes. Este personaje, que existió en la vida real, construyó un hotel en Chicago como si de una mazmorra de Saw se tratase. Paredes que se cierran, ventanas para ver a los "clientes", una ducha de gas, o una sala de tortura. Pues en esos primeros momentos jugables se nos muestra una situación por la que precisamente habrían pasado los huéspedes.
Tras esto, que nos sirve para hacernos a los controles, pasamos a la actualidad. Un equipo de documentalistas está preparando un true crime sobre H.H. Holmes, y es entonces cuando reciben una llamada que les invita a pasar un fin de semana en un hotel creado a imagen y semejanza. El argumento es lo esperable para que nos lleve a la fórmula The Dark Pictures, pero tampoco hace falta más.
A partir de aquí, lo que todos esperáis. A pesar de los fallos en el doblaje, ciertas animaciones muy robóticas y errores en las miradas, o un diseño muy formulaico, la realidad es que consigue lo que busca. Es un producto con un consumo similar a los true crimes de Netflix: sofá, mantita y a comentarlo con tu pareja. De esa forma, funciona.