A pesar de su enorme impacto económico y social, Twitch está siendo cada vez más estricta y abusiva con sus clientes por diferentes políticas que se han ido aplicando a lo largo de los últimos meses y años desde que se convirtieron en los reyes del streaming con la llegada de la pandemia. Es por ello que algunas de sus estrellas se han planteado dejar la plataforma morada para pasarse a su rival más directo: Youtube.
Y lo repetimos, decimos planteando porque es lo que muchos streamers están haciendo, como es el caso de Ibai. La estrella vasca ha comentado en estos días que ya ha tomado su decisión sobre cuál será su plataforma de streaming para los próximos años, aunque ha dicho que no lo anunciará a bombo y platillo y será algo natural. Todo apunta a que seguirá en Twitch, pero quien sabe si se pasa al otro bando por las mejoras de producción.
Sin embargo, esta decisión aún no está anunciada y muchos medios ya han dado por hecho que se va a Youtube cuando la realidad no es esa.
El problema de hacer mal el clickbait
El problema del artículo del Confidencial no es el titular de la noticia en sí, que no tiene un mal titular porque es lo que es. El problema viene en el tweet donde se comunica esta noticia en la que directamente da por hecho que el streamer vasco abandonará la plataforma morada para irse a Youtube, cosa que no es verdad. Incluso el propio Ibai mencionó el tweet a modo de broma comentando que algunos ya sabían su decisión sin siquiera haberla pensado antes.
Porque al final, el clickbait no es malo si se tira de una manera "sana". No es lo mismo decir que alguien se va de Twitch para luego entrar en la noticia y ver que estás equivocado, que decir que alguien está barajando las opciones para retransmitir en directo, que es algo que ha comentado el propio streamer en su directo y no es ninguna mentira.
Pero no es solo esto, sino que también se dicen cosas acerca de Twitch que son totalmente falsas, como que el Prime vale más que una suscripción normal y el streamer se queda íntegramente con todo el dinero, cuando en realidad se queda con la mitad. Y es aquí donde, repetimos, erradica el gran problema: Hablar sin saber. O si no sabes de lo que hablas al menos infórmate a la hora de hacer la noticia y, si te has equivocado en algo, intentar cambiar o avisar del error a los lectores.