Los grandes creadores de contenido siempre han tenido una enorme legión de fanáticos que les ha seguido ciegamente en su viaje por internet y Twitch. Desde los mejores días de su vida hasta los momentos de bajón, ellos han estado ahí para apoyarlo y no dejar que caiga nunca más. Muchos de nosotros somos fans de alguien, como un cantante o grupo que nos ha acompañado desde pequeños, un actor al que hemos visto crecer (o envejecer) o en este caso un streamer que te ha sacado más de una sonrisa en tus peores momentos.
Pero el problema llega cuando este fanatismo llega a un punto de confianza extrema en esta persona, y acabas dependiendo emocionalmente de ella para mantener tu felicidad o estabilidad mental cuando abre directo. Es aquí cuando llegan las relaciones parasociales y el enorme problema que puede acarrear en un público joven como puede ser el de Auron y Rubius, los protagonistas de la nueva "polémica" que ha aterrizado en redes.
Los Esland en México no hacen gracia Rubius y Auron... Por pereza
Para los que no se hayan enterado, el día de ayer TheGrefg anunció que los premios Esland, iban a ser en México, moviendo así un gran evento a Latinoamérica después de la pandemia. Pero el problema vino cuando, durante una conversación en directo entre varios creadores de contenido, Rubius y Auron comentaron que lo más probable es que no fueran, que preferían quedarse en casa o en todo caso visionarlo presencialmente desde algún lugar de España. Y no era por nada grave que no querían ir, es básicamente que les daba pereza comerse un viaje gigantesco para un día de evento.
Entre risas bromearon sobre la poca gente que iba a ir y discutiendo con otros streamers mexicanos sobre su presencia, cosa que no parecía ser algo muy hiriente ni maleducado, eran simplemente bromas. ¿Qué ocurrió? Pues que el "fandom" latinoamericano se tiró al cuello de estos dos creadores de contenido, acusándolos de no querer a sus seguidores y ser unos desagradecidos con sus fans. He visto videos y tweets que parecían ironía, pero la realidad era que son chicos menores que dependen demasiado de la opinión de sus "ídolos".
El problema de las relaciones parasociales
Para quien no conozca el concepto, una relación parasocial se define como falsas relaciones sociales que se desarrollan hacia cualquier personaje mediático, sea real o ficticio, y que la gente percibe como si fuera una persona muy cercana a ellos. Esto no es algo nuevo en el panorama, los grupos de K-Pop o boybands han tenido este problema muchísimos años y poco a poco se ha extendido a los creadores de contenido de toda la escena.
Se trata de un problema que tienen la mayoría de jóvenes que ven a estos streamers, en parte porque ese oficio te ofrece una cercanía única que ningún otro medio puede hacer, ya que ves prácticamente su día a día y su forma de comunicar más cercana. Sin embargo, esta cercanía no debe confundirse con confianza, y ni mucho menos amistad con esa persona que está creando contenido. Es algo que muchos streamers como Alexelcapo reiteran: Ninguno de ellos debe nada a nadie, y mucho menos tienes que forzar cosas que no quieres hacer porque tus seguidores te lo piden.
Os voy a ser sinceros, IlloJuan me ha ayudado muchísimo cuando he tenido un mal día; cuando me daba un ataque de ansiedad estaba él jugando con Andrés a cualquier tontería para entretenerme. Pero soy consciente que a pesar de todo el cariño que le tengo a la persona, yo no soy nadie para decir que tiene o hacer; no es mi amigo, ni si quiera es probable que sepa mi nombre o cara. Hay que saber donde están los límites, y que tu streamer favorito no quiera ir a tu ciudad no es motivo de cancelación ni odio hacia la persona.
Un chico de 15 años que vive en México no es nadie para decirle a Auronplay o a Rubius lo que debe hacer y lo que no. Muchos de nuestros ídolos no lo veremos nunca porque apenas salen de su lugar de origen o peor aún, sólo queda su recuerdo. ¿Y esto es un problema para que te siga gustando esa persona? Para nada; solo es una pataleta de niños pequeños al ver que su "ejemplo a seguir" hace con su vida lo que le da la gana y no lo que la gente quiera que haga.