Con el estreno de Los Anillos de Poder, la nueva serie de Amazon basada en El Señor de los Anillos, nos ha entrado a todos el mono de la obra de Tolkien. Y nos hemos puesto a reparar en su legado en el mundo de los videojuegos, que también ha sido bastante fructífero a lo largo de los años.
Seguramente vengan a vuestra mente muchos títulos de la saga, pero muy pocos conoceréis lo que os vamos a contar sobre el videojuego de El Hobbit, una aventura más influyente de lo que pensáis, y con una bonita historia detrás sobre su proceso y la desaparición de uno de sus principales responsables.
El videojuego de El Hobbit que hizo historia
The Hobbit es una aventura conversacional publicada en 1982, cuando los videojuegos eran simples píxeles y las escenas cinemáticas eran una utopía; pero se podía aportar una mayor interactividad que en la mayoría de libros, siguiendo el camino de las obras en las que elegir nuestro propio destino. Esto era básicamente lo que ofrecía; una serie de diálogos en los que somos nosotros los que teníamos que seleccionar la respuesta, escribiéndola en la pantalla y, según nuestra elección, el devenir de los acontecimientos sería diferente.
Una mecánica habitual ahora en la industria, pero que en su día enamoró a una legión de jugadores. Porque tenía el aliciente de hacernos vivir un libro maravilloso, sintiéndonos protagonistas gracias a sus mecánicas. Los responsables de esta oscura adaptación de El Hobbit que encandiló a tanta gente fueron Philip Mitchell y Veronika Megler. Lo curioso del caso es que, justo antes de que saliera el juego, Veronika desapareció.
La quest que trascendió del videojuego al mundo real
Una gran parte de la comunidad de fans del videojuego de El Hobbit se ha pasado un tiempo buscando a Veronika, porque consideraban que su obra había cambiado su vida y querían agradecérselo. Pero no había forma. Y en los ochenta no estaban los avances de ahora, con teléfonos móviles o redes sociales. Era imposible conocer el paradero de Veronika. Y se inició una quest para encontrarla.
La historia comienza en la Universidad de Melbourne, en Australia, cuando tanto Philip como Veronika entran a hacer unas prácticas del grado de informática. Él como programador y ella como diseñadora de puzles, aunque para ello cogió el libro de El Hobbit y lo convirtió en un videojuego de aventuras.
El juego era muy simple. Teníamos un texto delante y nuestro objetivo era el de escribir textos para continuar. El éxito fue inmediato y pronto se empezaron a hacer reuniones para jugar y se vendieron más de 250.000 copias en poco tiempo y su poder se expandió por todo el mundo, creando una comunidad de fans fieles a una obra que les había tocado los corazones. Tanto que querían escribir a sus autores para expresar sus agradecimientos, pero eran incapaces de encontrar a Veronika.
Tocó esperar hasta la época en la que los correos electrónicos comenzaron a proliferar con un montón de cartas de agradecimiento a Veronika por haber cambiado la vida de muchas personas por su obra. Ella, durante todos esos años, estuvo viviendo una vida normal en Portland sin saber que sus prácticas universitarias habían tenido tanta repercusión. "Fue hace más de 10 años, en unas prácticas a media jornada de la Universidad. Lo hice y continué adelante".
Veronika confesó también que "no es una gamer" y que después de escribir la aventura conversacional de El Hobbit no tocó un videojuego en más de una década. Aun así, su legado es imborrable y se ha convertido en una mujer legendaria en el sector tras haber creado una de las mejores aventuras de texto de la historia.
Fuente: Great Big Story