Os confieso que no soy de piedra. Cuando accedí al enorme teatro que Ubisoft había montado en medio de uno de los pabellones de Gamescom para ver un gameplay de Skull & Bones, no las tenía todas conmigo. Todos sabemos los retrasos que ha tenido el videojuego, así como ciertos bandazos en su filosofía de desarrollo y características principales.
No sé si iba sugestionado para mal, pero he de deciros que lo que vi me sorprendió para bien. La presentación, de unos 15 minutos de duración, nos mostró una pequeña misión. De esta forma, fue posible ver muchos de los sistemas de juego, así como detalles adicionales sobre nuestro personaje, la personalización del barco o ese famoso PvPvE planteado por Ubi.
Además de la prensa, cualquiera con ganas de esperar un ratillo, podía asomarse a este visionado conjunto. No es, por tanto, un evento reservado para unos pocos elegidos. Señal de que el juego está prácticamente listo para su cita del próximo 8 de noviembre de este mismo año.
Piratas del Mar Caribe
El desarrollo de la misión fue simple: hablamos con un capitán con el que queremos entablar una relación provechosa. Mediante una cinemática, se nos muestra que es un tipo con el que no queremos tener problemas, y tras un pequeño diálogo, se presentan un total de tres misiones distintas. En la sesión, se opta por la búsqueda de unos navíos que tienen en su poder lo que podría ser un mapa del tesoro.
Esto da pie a la personalización del barco. Cada misión tiene unos requisitos, como usar un barco pequeño, o un mínimo de herramientas ofensivas; favoreciendo un tipo concreto de gameplay. Y fue ahí cuando me di cuenta de que abordábamos (jeje) mal el juego. No tenemos que pensar en él como en un nuevo Black Flag, si no en un juego de naves con otro contexto.
Nada más empezar a navegar, se vio claro. Skull & Bones nos suelta en un mar enorme, y nos deja completar todo tipo de misiones. Pero lo que se siente viendo partidas es que estamos en un título de naves con menos frenetismo, más estrategia y una necesidad de un mejor timing por parte del jugador. Además, están el loot y la personalización para darle una capa RPG.
A por el tesoro
Pero volvamos al gameplay. Al echarnos a la mar, se nos muestra la posibilidad de crear un grupo en el instante con otros jugadores humanos, y con ellos nos detenemos a ayudarles a asediar un fuerte costero. Tras unas cuantas salvas de balas de cañón, se lo dejan a punto de caramelo, pero el jugador opta por marcharse. Tenemos una misión que cumplir y eso es lo que haremos.
Dicha misión es acabar con un par de barcos menores, pero bastante duros, hasta hacer salir al capitán buscado. Ahora las cosas se ponen serias, hasta el punto de enseñarnos la mecánica de resguardo, que limita el daño sufrido si la usamos antes de sufrir el golpe, o las reparaciones. Es una batalla dura, pero la victoria cae de nuestro lado.
Con ese mapa en nuestro poder, desembarcamos en la localización del tesoro. Gracias a la brújula, vamos paseando buscando el árbol marcado para poder desenterrar el cofre. No está demasiado lejos, y nos permite conseguir un pequeño botín, así como completar la misión comenzada hace unos minutos.
Ya os digo que de Skull & Bones me salía no esperar demasiado y, entendiendo su foco en el combate, la exploración y la navegación, no me pareció para nada un mal juego. De hecho, hasta ha creado en mi ciertas ganas por tener mi primer barco y crear una leyenda pirata.