No siempre todo lo bueno encaja en otro formato. Hace poco hablaba de juegos buenísimos que se estropean un poco por haber añadido con calzador un desarrollo de mundo abierto. A priori, son los componentes ideales para triunfar, ya que se trata de unir dos cosas buenas y, por ende, mejorarlas. Pero no siempre es así. Ahí entra en juego la Ley de Coulomb: si tenemos dos cargas del mismo signo, se repelen y no funcionan.
Algo así se me viene a la cabeza con Juego de Tronos y los videojuegos. Son dos productos de alto nivel que deberían congeniar a la perfección para confeccionar una obra que nos dejen con la boca abierta. Pero, hasta la fecha, no ha sido así. Y viendo el primer capítulo de La Casa del Dragón, el spin-off que ejerce como precuela a lo contado en la popular serie y a los hechos de Canción de Fuego y Hielo, me ha vuelto a pasar esa reflexión por la cabeza.
El mal de las adaptaciones al videojuego
No es algo precisamente nuevo. Adaptar una obra de éxito a otro medio, sea el que sea, no siempre es sencillo. Hasta la exitosa saga de Harry Potter tuvo feroces críticas por su saga cinematográfica y su poco cariño con respecto a los libros. No es sencillo trasladar las virtudes de un lugar a otro, ya que son diferentes formas de expresión. Esto es un tema que da para largo y tendido, y que probablemente toquemos más adelante con más calma y profundidad.
Con Juego de Tronos, el asunto es escamoso como un dragón. Se han hecho numerosos videojuegos basados en la obra de George R.R Martin -y nuestros compañeros de VidaExtra han hecho un top- pero ninguno de ellos ha estado a la altura del éxito mediático que ha tenido la serie de televisión. Es más, de no ser por la licencia que tienen detrás, habrían pasado desapercibidos en el cajón del olvido.
Un juego doloroso
¿Por qué nadie ha dado con la tecla? Me recuerda un poco a la época de comienzos de los noventa, cuando salían videojuegos de superhéroes a cascoporro, con el único objetivo de llegar de forma simultánea al estreno en salas de cine de la película de turno, sin cuidar el producto por el camino y premiándonos con considerables chapuzas. Algunas legendarias -para mal- como Superman 64.
La reflexión sobre esto puede ser más sencilla de lo que parece. Juego de Tronos se caracteriza por su entramado político y su discurso social; de ese creado para hacernos reflexionar. De hecho, sus showrunners han asegurado que el leitmotiv de la serie es el de "una familia destruyéndose a sí misma".
También, por supuesto, por momentos de acción frenética y batallas épicas. El videojuego ha demostrado, como medio, que es capaz de aunar también todos estos ingredientes, pero parece que o nos olvidamos, o no hay muchos estudios que sepan trasladar todo el contenido dialogante propio de la obra; quizás por el miedo a caer en las críticas feroces de los jugadores, quejándose de cinemáticas largas o de "mucho texto". Puede que el problema no sea solo a nivel creativo, sino también a nivel de la madurez del medio en el lado del consumidor.
Viendo La Casa del Dragon se me vino a la cabeza todo esto, porque la mayor parte del capítulo bebe de las bases que han convertido a Juego de Tronos en un icono de la cultura popular. La acción es genial, pero es prácticamente secundaria. De este primer episodio recordaremos diversas secuencias, como la de la masacre o la del parto: en esas en las que hay mucha sangre, pero que resultan muy difíciles de adoptar en un videojuego.
Puede que esté siendo muy alarmista o cenizo, y tal vez sea que no se haya dado con el equipo adecuado para hacer un juego que nos transmita algo parecido a la serie. Aunque Telltale Games ya ha liderado un producto que encaja con los estándares narrativos, el resultado fue pobre; quizás por la sobrecarga de trabajo del estudio. Quizás Quantic Dream, aunque ahora ocupados con un nuevo juego de Star Wars. O quizás una sorpresa con la que no contemos. Ojalá, porque hasta ahora, el mejor trabajo de George R.R Martin en los videojuegos es Elden Ring.
Pero ya os adelanto el futuro. La Casa del Dragón pinta a éxito y, de hecho, ya ha superado los números de Juego de Tronos en HBO. Y se intentará hacer algún videojuego basado en la serie. Pero ya sabemos lo que pasa con una carga negativa y otra positiva.