En 2018 se publicó un artículo denunciando un problema importante dentro de Riot Games. El estudio fue acusado de promover un ambiente de trabajo sexista y tóxico. La demandante comentó que los problemas comenzaron en la entrevista de trabajo, donde las mujeres tuvieron que soportar, en el mejor de los casos, preguntas y actitudes vergonzosas de sus "futuros" colegas masculinos. También denunció cierta hipocresía del estudio, diciendo que aunque dice promover la diversidad, de los 23 puestos más importantes, solo uno de ellos estaba ocupado por una mujer.
Riot Games había tratado de defenderse diciendo que basaban su reclutamiento sobre todo en "core gamers" (los verdaderos gamers), y eso, según la disparidad estadística dentro del estudio, se explicaba por el hecho de que este entorno acogía a un número muy grande de jugadores. mayoría de hombres. El estudio jugó la carta del desconocimiento sobre la cultura machista dentro del ambiente laboral, pero muy rápidamente una investigación demostró que los hechos denunciados eran reales. Comenzó entonces un juicio, y tras su confirmación en diciembre, el cierre definitivo del caso habría tenido lugar hace bastante poco.
Una victoria aplastante para las víctimas
Melanie McCracken y Jessica Negron son las dos mujeres que denunciaron las acciones del estudio. En concreto, revelaron que habían leído una cadena de correos electrónicos en los que empleados de Riot Games clasificaban a las mujeres de la empresa según su plasticidad, al tiempo que calificaban a algunas de ellas como "chicas buenas para acostarse con ellas, pero a las que no se les devuelve la llamada. Nunca". Además de este ranking de un inodoro mal fregado, existía otro hilo donde los hombres comentaban cómo sería estar dentro de estas mujeres.
La guinda del pastel, luego de un año ocupando temporalmente un puesto gerencial (sin el aumento de sueldo que debió acompañarlo) con la esperanza de tener un ascenso oficial, Jessica Negron vio que la empresa prefería contratar a un nuevo empleado masculino para este cargo en su posición, una de cuyas primeras misiones fue despedirla. En cuanto a Melanie Cracken, después de haber contactado a un alto miembro de la empresa para quejarse del comportamiento de su superior, tuvo la desagradable sorpresa de descubrir que su superior había sido informado del asunto, y del nombre del denunciante a pesar de su solicitud de anonimato.
Sin embargo, la cultura de Riot Games no solo era problemática para sus empleados. En ese momento, el estudio podría negarse a lanzar un campeón si este último no era lo suficientemente sexy. En 2019, Riot Games y los demandantes parecían haber llegado a un acuerdo por 10 millones de dólares en reestructurar la empresa. La Corte Suprema de California había decidido continuar con la demanda de todos modos, luego de que el Departamento de Igualdad en el Empleo y la Vivienda de California se negara a aceptar este veredicto. Según un artículo publicado por la web Axios, Riot Games recibió la orden de pagar 100 millones de dólares en daños a los empleados que trabajaron para ellos entre noviembre de 2014 y diciembre de 2021.
Situación actual dentro del estudio
A pesar de las numerosas declaraciones del estudio para afirmar que están trabajando activamente para potenciar la diversidad, hoy en día solo hay 2 mujeres de los 23 puestos más importantes, solo una más que hace tres años. Según ellos, Riot Games emplearía cada vez a más mujeres, pero al final solo un tercio de las personas reclutadas se identificarían como tales. Además, entre todas las empleadas, solo el 1% de ellas ocupa puestos directivos.