Los Nintendo Direct no son idénticos en todas las regiones, ya que no todos los juegos aparecen en cada una de ellas. Tal es esto, que los eventos digitales de Switch suelen durar algún minuto extra en su versión japonesa, lugar donde más cosas suelen aparecer de forma exclusiva. Esto es así porque suelen ser títulos que apelan en demasía al público local y que no tendría sentido traducir siquiera al inglés para exportarlos a occidente.
Sin embargo, en febrero de 2021 se produjo algo mágico. Aunque el bombazo de aquel Direct fue Splatoon 3, la realidad es que mi TL de Twitter se infestó de mensajes acerca de un juego que sólo había aparecido en la versión japonesa. Ese juego no era otro que Crayon Shin-Chan:Ora to Hakase no Natsuyasumi: Owaranai Nanokakan no Tabi, es decir, un juego basado en la popular serie de animación Shin-chan.
Juegos de Shin-chan hemos tenido muchos, especialmente en plataformas portátiles como Game Boy, pero quizás ninguno como este. Las imágenes enamoraron a quienes, como yo, crecimos viendo estos dibujos por las tardes. Hoy se ha confirmado que llegará a occidente y que tendrá subtítulos en castellano y es lo más comentado del día en cuanto a videojuegos se refiere.
¿Por qué es tan comentado?
Lo mejor es que nos quitemos lo obvio lo primero. Se trata de un videojuego que apela claramente a la nostalgia, uno de los sentimientos más rentables del entretenimiento. Esto, combinado con un aspecto gráfico prácticamente calcado de la serie de animación, completa una oferta lo suficientemente atractiva como para conseguir TT por doquier.
Ahora vayamos un poco más allá: este juego de Shin-chan es un heredero de un género muy particular de títulos de hipernicho. El director del videojuego y fundador del estudio a cargo llamado Millennium Kitchen, es también el creador de la saga Boku no Natsuyasumi (abreviada Bokunatsu). Son un total de cuatro entregas lanzadas en PSX, PS2, PS3 y PSP, que están basados en prácticamente lo mismo, un niño que vive unos tranquilos días de verano en la casa del pueblo de sus tíos.
Son juegos del estilo contemplativo, con un mapa bastante abierto, y que aunque tienen tareas por cumplir como cazar insectos o una historia "principal", el grueso de la experiencia es "vivir el verano". El sonido de las cigarras en los campos y esa sensación de días eternos que acompañan a todo joven en algún que otro periodo estival de su infancia.
Aunque son juegos que llegaron a occidente, en absoluto son conocidos para el gran público; ni ellos ni el "género" propio que alumbraron. Por ello, es algo que genera mucha tracción en redes sociales. Apuesto a que muchos de quienes están aupando a Shin-chan a ser TT, nunca se habían planteado la posibilidad de la existencia de un videojuego de tales características. Un juego sin apenas objetivos, y que cuya diversión emana de los diálogos, del pasear por los caminos y de vivir el verano de forma digital sin sobresaltos.
Hace no mucho hablé del slow gaming a colación de MLB The Show 22, una corriente de videojuegos con un ritmo pausado que siguen la estela del slow cinema. Son expresiones a cocción lenta, con otros códigos y que buscan unas sensaciones distintas en quien las disfruta. Shin-chan y los Bokunatsu responden al slow gaming genuino, a ese que no tiene objetivos, mecánicas de acción ni tramas elaboradas con muchas capas. Y es natural que a la gente le llame la atención.
Más tuits y artículos que jugadores
Ojalá me equivoque, pero llevo todo el día pensando que Shin-Chan: Me and the Professor on Summer Vacation será un juego que cree más debates, artículos y reportajes, que jugadores lo completen. La primera afirmación la cimento en que se trata de un título con la posibilidad de hablar de multitud de temas que no solemos tratar en la prensa del videojuego con asiduidad: nuevos géneros, slow gaming, mecánicas pausadas...
La segunda es porque, a pesar de que Shin-chan es un gancho interesante por ese factor nostálgico, el grueso de los jugadores no están habituados a consumir este género. Y tampoco creo que pueda haber demasiados usuarios que compren esto por ser fans del anime o el manga, como sí sucede con los juegos de Star Wars o con los recientes Marvel's Spider-Man (basados en mecánicas de acción mucho más accesibles al gran público).
Yo me lo jugaré porque me interesa mucho ver qué puede ofrecer a nivel mecánico, qué sensaciones es capaz de transmitir con su ritmo deliberadamente lento y cómo se adapta de una forma distinta a las mecánicas de acción. Pero sé que yo no represento a la mayoría de consumidores de videojuegos y que mi TL de Twitter tampoco.