Una de las críticas más repetidas por la comunidad de League of Legends está relacionada con la actitud de los jugadores. Hay muchas ocasiones en las que simplemente parece imposible divertirse debido a la conducta que mantienen el resto de los miembros de una partida. No se trata de ganar o perder, si no de la impotencia que genera tener apenas un par de horas por delante para jugar y ver cómo un grupo de cafres se está dedicando a cultivar el arte del insulto o simplemente lo hacen peor debido a que están demasiado ocupados tratando de determinar quién ha cometido el error más grande.
Este tipo de situaciones tienen una gran capacidad de hacer saltar por los aires nuestra motivación y, al menos en mi caso, siempre me quitaban las ganas de seguir jugando. No pocas veces después de una jornada de trabajo he pensado en qué sentido tenía echarse unas partidas de League of Legends sabiendo que era muy posible que mis compañeros pensasen que “tomarse el juego en serio” implica un festival de insultos o da derecho a hacer que los demás se sientan mal. Sin embargo, para solucionarlo simplemente tuve que unirme a una doctrina filosófica secular que señala la ignorancia como una de las grandes claves de la felicidad.
Una solución radical a los problemas de League of Legends
Acudiendo a la pestaña Interfaz del menú de Ajustes de League of Legends, tenemos la posibilidad de eliminar completamente el chat. Podemos elegir entre las comunicaciones con el equipo o entre todos los usuarios de la partida. Simplemente desmarcando un par de casillas tendremos las opciones desactivadas y ya nadie podrá hablarnos o, lo que es más importante, no podremos ver lo que dicen los compañeros de nuestro equipo. Una vez hecho esto, es muy probable que notemos como las partidas tienen un tono mucho más positivo. Podemos ver los pings, pero no leer ningún texto escrito por aliados o rivales.
Una vez hayamos llevado a cabo este ajuste en nuestras opciones habremos desbloqueado una especie de League of Legends 2. El cambio a la hora de jugar es radical y no dista mucho de lo que los diferentes usuarios de los foros de la comunidad han explicado en los múltiples comentarios en los que relatan su experiencia tras romper relaciones con el resto de los jugadores. Me quite presión de encima al no tener que aguantar lo que dicen mis compañeros cuando me sale una mala partida en la calle central o no estoy siendo capaz de ayudar a las líneas como jungla, olvidé lo que es pararse a escribir perdiendo súbditos y comencé a asumir que todo el mundo estaba manteniendo una buena actitud.
El último punto mencionado es el que cambia salvajemente la forma en la que jugamos las partidas de League of Legends. Es un efecto psicológico bastante extraño. Se que algunos compañeros estarán discutiendo de vez en cuando, pero como no me paro a comprobarlo doy por hecho que hacen lo que pueden y tratan de ganar. Es cierto que sigue habiendo esos jugadores que pueden morirse diez veces, pero incluso en estas circunstancias la reacción más habitual es el “pues no sé, supongo que estará teniendo una mala partida”. Simplemente, comenzamos a pensar mejor del resto de personas. Todo pasa a depender de cuál sea nuestra actitud en lugar de permitir que esta se vea modificada por cómo se comportan los demás.
League of Legends puede ser divertido incluso cuando pierdes
Incluso si no queréis desactivar el chat por toda la eternidad, existe una solución intermedia que puede hacer el apaño. Esta es la que yo adopté de forma definitiva, aunque no recuerdo a quién se la vi por primera vez. Simplemente, en la pestaña Interfaz, reduje al mínimo la opción del tamaño del chat. Luego, activándolo con el “Enter” y moviéndolo con el cursor, lo sitúe en la esquina inferior izquierda de la pantalla. De este modo, tienes lo mejor de los dos mundos. El texto es tan pequeño que apenas podrás verlo, pero podrás dar indicaciones a los compañeros o disfrutar de esas pocas partidas en las que el chat es divertido.
En cualquiera de los dos casos, lo que puedo aseguraros es que descubriréis una nueva forma de jugar a League of Legends. Soy el primero que le pide a la compañía algo más de contundencia en los castigos e incentivos interesantes a los jugadores con mejor comportamiento. Sin embargo, si solo nos centramos en el juego y hacemos como si el resto del planeta no existiese, disfrutaremos tanto de las victorias como de las derrotas. Perder forma parte de jugar y de aprender, es un proceso constructivo y, aunque hay palizas de escándalo que no son agradables ni con chat ni sin él, en general nos lo pasaremos mejor (que es de lo que se trata).
Lo mínimo que os recomiendo es probar a esconder o desactivar el chat. Si jugamos muchas partidas clasificatorias, hay pocas ocasiones en las que estar atentos a las conversaciones vaya a merecer la pena. Es cierto que la solución óptima sería ser nosotros el agente diferenciador que es capaz de crear un buen ambiente en el equipo, pero es una responsabilidad que no necesariamente todos pueden asumir. Yo me he divertido más así y, después de diez años, este era el “League of Legends 2” que necesitaba.