Creo que nos pasa a todos los que consumimos muchos videojuegos o películas. Varios de estos productos quedan en el cajón del olvido, especialmente los que no nos han dejado huella o resultado demasiado relevantes. Aun así, por alguna razón u otra, en algún momento, nos llega ese recuerdo y esbozamos una sonrisa después de un "¡oh, me había olvidado por completo de ese juego!".
Algo así me pasó esta semana en un directo de El Stream, nuestro programa de videojuegos en el Twitch de Webedia Gaming, mientras hablaba con mi compañero Rubén Márquez sobre la saga Ninja Gaiden. Él me recordó la existencia de Ninja Blade, un juego de ninjas desarrollado por FromSoftware, a quienes ahora conocemos por la saga Souls o Elden Ring. Pero quienes también tienen un pasado. Todavía conservo el título en mi catálogo de Xbox 360 y creo que es interesante repasar esta curiosa aventura de acción, que tan poco se parece a lo que ha hecho famoso al estudio nipón.
El rey de los Quick Time Events
Siendo sinceros, probablemente sea el peor juego jamás hecho por FromSoftware. Hasta su primera tentativa por el estilo souls-like en los años noventa era un producto más completo. Como podéis imaginar, Ninja Blade fue esclavo de su época. Por un lado, quería seguir la estela de los hack and slash que, por entonces, estaban arrasando. El mencionado Ninja Gaiden era un ejemplo, pero todavía era incluso mayor el poder de God of War. Un género que siempre ha estado presente en la industria de una u otra forma, pero que tuvo una etapa de esplendor hace unos quince años.
Además de machacar botones para rebanar a los enemigos usando espadas como aquel que juega el Street Fighter sin saber lo que hace, Ninja Blade quería desmarcarse un poco de otros hack and slash con el uso de los Quick Time Events. Sí, Kratos también tenía de esas secuencias en las que pulsar el botón indicado para poder realizar una secuencia espectacular. Pero lo de este Ninja Blade era un abuso constante, y cada poco tiempo a lo largo de las 9 misiones que lo componían, teníamos que pulsar combinaciones que, además, eran cambiantes; volviéndolo impredecible y frustrante a partes iguales.
FromSoftware apostaba principalmente por la espectacularidad de este tipo de desarrollo, basado en escenas cinemáticas donde los jugadores casi somos espectadores, pulsando el botón indicado mientras el protagonista salta de un edificio a otro o tiene que enfrentarse a golpes a enemigos monstruosos y de dimensiones desproporcionadas. No le busquéis mucho el sentido, porque lo importante era pasarlo bien sin hacerse preguntas. ¿Disparar a un gusano gigantesco desde la ametralladora de un helicóptero? ¡Claro! ¿Qué ninja en condiciones no haría algo así?
El patito feo de From Software
Os diríamos que el juego sentó las bases de las mecánicas de espadas de los Souls o del propio Sekiro, que es el que más encaja en contexto por su inspiración shinobi. Pero estaríamos mintiendo como bellacos. Es cierto que el combate en sí, cuando nos enfrentamos a enemigos con espadas y tenemos cierta libertad para atacar sin usar QTE, tiene un par de marchas menos de ritmo que los otros juegos mencionados anteriormente. Pero se parece a los juegos que han encumbrado a FromSoftware lo mismo que un huevo a una castaña. Se podría decir que es el patito feo de la compañía.
Es curioso, porque Ninja Blade llegó al mercado apenas un mes antes que Demon's Souls. Pero, podríamos decir que su repercusión fue nula -aunque DS se convirtió en un juego de culto con el paso de los meses-. Esta aventura de espadas y shurikens se lanzó inicialmente como exclusiva de Xbox 360 en consolas y pasó desapercibida. Tanto, que ni se han molestado en hacerlo retrocompatible.
Aun así, os recomendamos probarlo. No esperéis algo magnánimo, pero Ninja Blade es uno de esos juegos apetecibles cuando queréis disfrutar de algo sin demasiadas pretensiones. Su ritmo frenético y la verticalidad que ofrece el género, hacen de él una experiencia agradable, a pesar de distar de ser un juego notable. Realmente, aunque lo he puesto a caldo, le tengo cierto cariño. Siempre es curioso descubrir lo que hacía FromSoftware antes de revolucionar el sector como lo ha hecho.