Cuando hablamos de grandes empresas de videojuegos, siempre se nos viene a la cabeza gigantes como Microsoft o Activision. Los juegos Triple A siempre han encandilado a muchos y, si bien son cada vez menos por el oligopolio de estudios comprados por pocos contendientes, siempre hay un título de gran envergadura que llega para quedarse. Elden Ring, Red Dead Redemption o Cyberpunk 2077 son algunos de los ejemplos más célebres a la hora de hablar de este tipo de juegos; pero esta vez no queremos hablar de este arte tan querido por muchos, sino de una empresa de cierta industria que cada vez es más grande e importante en occidente: El estudio de anime MAPPA.
Tal vez con el nombre no te suene del todo, pero básicamente es la empresa que ha hecho la gran mayoría de animes exitosos de estos últimos años: Jujutsu Kaisen, Kakegurui, Yuri on Ice, o la última temporada de Shingeki no Kyojin son ejemplos claros de grandes obras llevadas a esta industria. Esta semana toca hablar de la historia del estudio japonés, que nació con claras intenciones de hacer historia y que ha llegado a 2022 con éxito, pero también con algún que otro traspiés relacionado con los derechos laborales de sus trabajadores.
Una empresa de doble carril
MAPPA nació como tal el 14 de junio de 2011 por Masao Maruyama, cofundador a su vez de MAD House, uno de los estudios de anime más queridos y laureados de toda la industria debido al gran trabajo y afecto de sus empleados a cada obra que realiza como One Punch Man o Hunter x Hunter. La aparición de este estudio tenía como objetivo crear una nuevo estilo de animación que rompiese con los moldes estandarizados por la mayoría de estudios de la época.
Y es que los estudios que comenzaron a alzarse como líderes en los primeros años de la pasada década tenían un estilo fresco y diferente a todo lo visto anteriormente, dejando un poco más de lado el aspecto narrativo y centrándose por completo en una animación estridente y vistosa. Es por ello que Masao puso toda la carne en el asador en este proyecto y comenzó a dar rienda suelta la imaginación de todos sus animadores.
Pero si hay algo que diferencia a MAPPA de todas las demás, es la de ser una empresa que funciona como estudio de animación a la vez que productora. Con esta política, la empresa de Maruyama se ha convertido en referente para muchos, ya que es capaz de comprar licencias y poner el dinero para sacarlas a la luz mientras que animaban todas sus series entre todos los empleados y freelancers. Porque sí, el gran "truco" del estudio es la contratación de estos dibujantes autónomos.
Yuri!!! on Ice, el primer gran anime de MAPPA
Desde su fundación hasta el año 2015, MAPPA se asentó como un estudio de calidad gracias a la ayuda directa que recibió por parte de Madhouse, algo que resulta bastante obvio ya que ambas fueron fundadas (en parte) por la misma persona. Hajime no Ippo: Rising, o Ushio To Tora fueron algunas de las obras que aparecieron estos años y que fueron muy bien recibidas por el público en general. Sin embargo, el principal objetivo del estudio era trabajar de manera independiente y diferente a lo que se había visto hasta ahora, tanto como productora como estudio de animación.
Es aquí cuando llegó el primer gran éxito del estudio: "Yuri!!! on Ice". La obra trataba sobre un patinador artístico que, asumiendo las expectativas de todo Japón, experimentó una derrota aplastante y que ahora debía de decidir entre seguir luchando por ser el mejor o retirarse. El anime, con toques amorosos y sobre todo emocionantes enamoró a bastantes personas, deshaciendo en elogios al estudio por una ejecución de la obra minuciosamente buena.
Animes por doquier
A partir del 2017, MAPPA comenzó con una filosofía clara: Cuantos más trabajos hagas, más renombre tendrás. Es aquí cuando empezó el atracón de series por parte del estudio con hasta 5 animes este mismo año para intentar subir su prestigio de manera exponencial independientemente de los resultados de cada una de estas obras. Sin embargo, hubo un anime que destacó muy por encima de las demás y que dio catedra a la hora de animar una obra alejada de las peleas: Kakegurui.
Yumeko fue una de las grandes personajes femeninas del año gracias a la presentación de un anime que parecía difícil de adaptar debido a la extravagancia y estilo de dibujado que tenía. No obstante, parece que MAPPA entendió a la perfección la filosofía del mangaka y plasmó de manera magistral todo lo que transmitía Kakegurui, con una animación tan buena que sorprendió a todos. Era difícil ver que en un anime alejado de las peleas tuviese tal animación, pero el estudio supo mantener un dibujo vistoso que dejó a los espectadores con la boca abierta.
2020 y la política de los freelancers
El pasado 2020 fue el año más "exitoso" de MAPPA con hasta 8 animes porestrenar, entre ellos grandes éxitos como Jujutsu Kaisen, Dorohedoro, The God of Higschool o Shingeki No Kyojin: The Final Season. Estas obras cosecharon grandes números para la productora, llegando a ser increíblemente famosas en todo el mundo y con un objetivo claro: Marcar la diferencia en la industria de la animación. ¿La clave? Una animación soberbia y alejada de lo que habíamos visto hasta ahora gracias a los freelancers que contrataba MAPPA para las escenas más importantes.
El funcionamiento del estudio era el siguiente: El estudio central animaba la mayor parte de las escenas que no estuviesen envueltas en peleas, mientras que los momentos más espectaculares estaban reservados para diferentes freelancers talentosos de muy temprana edad sitiados en Taiwan o Corea, dándoles total rienda suelta a su imaginación y dejando huella en cada uno de los dibujos que realizaban. Sin ir más lejos, la pelea que para muchos es la mejor de todo el anime de Jujutsu (la que os dejamos justo arriba), fue animada por un jovencísimo ilustrados asiático casi sin ayuda de nadie, dando como resultado un duelo digno que marcó la historia de la serie.
No todo es oro lo que reluce
Sin embargo, MAPPA también ha recogido bastante fama para mal: Es uno de los estudios que peores condiciones laborales tiene para sus empleados. Si bien en sus inicios no parecía tener este problema, la ambición desmedida de la productora para hacerse cargo de los animes que ningún otro estudio era capaz de animar provocó una sobrecarga de trabajo inmensa para los trabajadores. Algunos cuentan que llevan días sin pisar su casa, mientras que otros directamente no dormían para poder tener el trabajo a punto.
Esto ya se ha hecho eco en diferentes medios e incluso los propios dibujantes de la empresa han dejado alguna que otra pista por sus redes sociales. Una de estas trabajadoras comentó lo siguiente: "Cuando me contrataron para trabajar en una película de una obra de teatro producida por cierta compañía que hizo cierta preview del video ahora, me sorprendió saber que el pago por cada fotograma era de 250 yenes (alrededor de dos euros). Este precio es realmente terrible si buscas buenos resultados en una obra. La desesperanza y la ira me ponían estresada y ridícula..."
Desde luego MAPPA está aquí para quedarse, pero habrá que ver si el estado de sus trabajadores sigue siendo el mismo hasta ahora o mejora tras todas las denuncias recibidas por el estudio de animación japonés.