A estas alturas, la industria de los videojuegos está considerada como la más importante del entretenimiento, y los ingresos que genera así lo demuestran. Pero, si echamos la vista atrás, es algo que ha podido no llegar a ocurrir nunca, ya que el sector estuvo a punto de desaparecer. Lo más curioso de todo es que un solo juego fue el causante de hacer temblar los cimientos de todo un gremio: hablamos del inolvidable (para mal) E.T de Atari.
La historia tiene delito. Nos remontamos al año 1983, hace casi 30 años ya de lo que se considera en los libros de historia como "la crisis del videojuego". Lo curioso es que el sector había tenido cierto tirón en los años setenta, gracias a juegos como Pong o máquinas arcade en bares, generando así interés entre la sociedad. Incluso ya por entonces existían algunas consolas domésticas.
Cuando los videojuegos casi dejan de existir
Pero, por entonces, el mercado estaba monopolizado por Atari, quienes tenían todo el dinero, a los mejores desarrolladores e ingenieros y nadie se acercaba a sus prestaciones, más allá de algún que otro intento desde Japón, quienes reclamaron su lugar con juegos como Space Invaders en 1978. El problema cuando no hay competencia es que se despilfarra, especialmente después de haber conseguido una alta cuota de mercado.
Eso provocaba un mal endémico de la humanidad que sigue ocurriendo en determinados sectores. Cuando algo funciona bien, todo el mundo quiere meterse en ello porque ven ingresos seguros. Pero hay que tener los conocimientos para invertir y desarrollar. Todo el mundo quería "chupar del bote" y eso comenzaba a generar que se publicaran muchos videojuegos para el escaso mercado que había y además no solo no eran de demasiada calidad, sino que eran todo bastante parecidos entre sí: no existía la originalidad.
La propia Atari y el resto de empresas de la industria promovían estos desarrollos, ya que no era necesario tener ningún tipo de licencia para desarrollar ni había controles de calidad. Así que, todo se basaba en copiar lo más o menos popular e intentar replicarlo. También entraba en juego la sinergia entre videojuegos y cine. El sector emergente quería aprovecharse del importante. Así, Atari compró la licencia de E.T, la famosa película de Steven Spielberg. En lo que acabó siendo el peor negocio de la historia. Y el momento en el que los videojuegos estuvieron a punto de existir.
Para tal labor, Atari contrató a Howard Scott Warsah, quien tenía la función de programar en solitario el videojuego para la consola Atari 2600. Tenía la presión de no decepcionar a los fans, ya que se convirtió en un filme de éxito. Y a hacerlo con la mayor brevedad posible. Tenía un mes para entregar el videojuego con el objetivo de aprovechar el tirón de la película.
A alguien de Atari se le ocurrió demasiado tarde el desarrollar ese videojuego y ya sabemos que las prisas no son buenas consejeras. A pesar de eso, en la editora iban "sobrados" y ordenaron producir cientos de miles de copias, forzando a los distribuidores que compraran el juego en masa, porque iba a arrasar.
Y lo cierto es que lo hizo. Como comprenderéis, antes no existía la prensa o YouTube y se compraba "a ciegas", sin poder leer reviews. El juego vendió muy bien durante sus primeros días, pero cuando expertos y el público tuvieron la obra en sus manos, echaron pestes. Para muchos, E.T es el peor videojuego de la historia: tanto por su calidad, como por lo que desembocó en una industria en pañales.
¿El peor videojuego de la historia?
El fracaso fue tal que Atari, firma que hasta entonces no tenía rival en la industria, entró en bancarrota y solamente un año después, en 1984, se vendió por 280 millones de dólares.
Y os preguntaréis, ¿qué pasó con los cientos de miles de copias que hicieron? Tras el pésimo resultado que obtuvo el juego, tanto como para ser incluso a día de hoy considerado el peor videojuego de todos los tiempos, desde Atari quisieron deshacerse de todas las cintas. Durante tiempo se rumoreó que las habían enterrado en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México.
Una historia jugosa para investigar, asó que las productoras Fuel Entertainment y LightBox pensaron que sería interesante comprobarlo y, tras conseguir los consiguientes permisos, comenzaron a excavar en la zona en el año 2014. Tras varias horas de trabajo, aparecieron cientos de copias en la zona indicada. Poniendo fin a una de las historias que durante décadas ha puesto en jaque al sector.
E.T es recordado en la cultura general por su casa y su teléfono, pero en la industria de los videojuegos lo recordamos como el bicho que casi puso fin a la historia del sector que es ahora mismo la pasión de miles de millones de personas.