Desde el primer momento en el que vimos Leyendas Pokémon: Arceus, sabíamos que iba a haber polémica. Game Freak tenía poco tiempo para salvar un apartado técnico que hacía aguas por todos lados, por mucho que pusiéramos en la ecuación el necesario punto sobre lo limitada que está Nintendo Switch en pleno 2022.
A pesar de que muchos quieran emular al ex entrenador del Fútbol Club Barcelona, Ronald Koeman, y decir que el apartado técnico de Switch "es lo que hay", lo cierto es que tenemos casos para pedirle algo más a una de las sagas de videojuegos que más vende y a la propiedad intelectual que más factura en el planeta, como es Pokémon.
Muchos han hablado sobre Zelda: Breath of the Wild, juego de lanzamiento de Nintendo Switch, y que gráficamente es superior a Pokémon Arceus. Aunque BOTW es uno de los mejores juegos de la generación, también tenemos otros ejemplos de mundos abiertos más detallados como Xenoblade Chronicles 2. Sin embargo, servidor ha de poner en valor tanto el bucle jugable del nuevo título de los Pokemones, así como me gustaría virar el discurso hacia otro lado... Los gráficos no son lo mejor que podría copiar Leyendas Pokémon: Arceus de Zelda: Breath of the Wild.
Una filosofía de ruedines
Si algo bueno trajo consigo los mejorables remakes de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente, es que evidenciaron lo que ya no funcionaba en la saga. Obsesión por los menús, diálogos intrascendentes y una barbaridad de batallas que no aportan casi nada cuando ya te sabes la tabla de tipos. Tras las críticas desnortadas a los gráficos de Pokémon Espada/Escudo, una cosa quedó en el poso de todos nosotros: la zona salvaje merecía quedarse.
Cada nueva entrega se ha centrado en ofrecer nuevas evoluciones y ataques cada vez más peculiares: megaevoluciones, movimientos X o los Gigamax. Se han ido añadiendo sistemas y complejidades a un sistema de combate que no deja de ser una variante evolucionada del de Pokémon Azul y Rojo hace ya 26 años. Y todo esto aderezado con un énfasis en los combates que ha hecho cambiar el leit motiv de la saga desde "captúralos a todos y vive una experiencia en el mundo Pokémon" a "sé el mejor entrenador y vence a todos".
Esos cambios jugables no dejan de ser mecánicas en cierto grado avanzadas, y que no verás hasta dentro de unas horas. Y aún así, Pokémon está obsesionado en ofrecer unos tutoriales muy largos, así como llevarnos de la mano durante gran parte de la aventura... Como si tuviera miedo de perder a cada nueva generación que llega a la saga. Y todo esto cuando el núcleo jugable sigue siendo el mismo, y las generaciones veteranas cada vez son más numerosas en la saga.
Arceus y no atreverse a tirarse a la piscina
Os confieso algo. Cuando tras conseguí capturar a los 3 primeros Pokémon del prólogo y llegué a Villa Jubileo de la mano del Profesor Lavender, me emocioné un poco. No a nivel lagrimeo, pero sí que mi corazón latió un poco más fuerte al ver que el profesor nos hablaba mientras nos movíamos por las calles. ¿Y sí Pokémon había renunciado a las cinemáticas sin doblaje y sin apenas expresión a permitirnos jugar con el joystick mientras se nos habla? No tanto por lo que implica, sino por la declaración de intenciones que es.
Pero lo cierto es que he necesitado bastantes horas para poder volver a ver algo así. Leyendas Pokémon Arceus pronto nos empieza a secuestrar la experiencia de juego, cuyo bucle es de lo más divertido del año, para hacernos ir de un lado a otro siguiendo unas primeras encomiendas y recados que no dejan de ser un tutorial encubierto, pero sin demasiada clase.
Claro que hay mecánicas nuevas que contar en este Arceus, pero el juego ganaría mucho si se nos dejara equivocarnos. Si nos quedásemos sin Poké Balls de forma natural y tuviéramos entonces que aprender a craftearlas, si se hiciera uso de un Pokémon salvaje potentísimo para enseñarnos la importancia de recolectar hierbas medicinales, y crear con ellas pociones y revivires...
Una lección mucho más importante que los gráficos
Describamos los primeros cinco minutos de Zelda: Breath of the Wild. Link despierta, recibe la piedra sheikah, recibe la ropa, escala un pequeño muro y sale para ver la icónica cinemática del acantilado. Posteriormente bajas por un camino, consigues una rama y ves a un anciano comiendo una manzana asada; pruebas a poner una al lado de su hoguera y se asa. Sin apenas diálogo, en cinco minutos aprendes mecánicas rompedoras en la saga como la escalada, el mundo abierto, el uso del fuego y la recolección de recursos. Y poco después verás un hacha con la que podrás cortar árboles e incluso verás romperse la rama al golpear al primer enemigo un par de veces.
Totalmente orgánico, sin diálogos meta y sin necesidad de sobreexplicar. No es siquiera más complicado de aprender, porque cada lección que consigues, se graba a fuego gracias a la coordinación entre lo que hacemos en el plano jugable y su justificación en los sistemas de juego. No todos los juegos han de ser sistémicos, o siquiera pueden aspirar a la grandeza de Zelda: Breath of the Wild, pero sí que hay lecciones que podrían ser exportadas a otros títulos.
Leyendas Pokémon: Arceus es uno de los juegos más divertidos y atrapantes de los últimos años. El giro de tuerca que se le ha dado a la captura y a la exploración era más que necesario en la saga, pero incluso podríamos haber pedido más. Menos cajas de texto y menús, y más tutoriales totalmente jugables.