Todos hemos tenido esa sensación jugando a videojuegos, o casi en cualquier aspecto de nuestra vida. Algunos lo llaman "la zona", y es cuando todo empieza a surgir casi sin darnos cuenta, entramos en un estado de inmersión total y nos fundimos con nuestro cuerpo, nuestra tarea o el mundo que se nos presenta.
El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi lo llamó el flow (el flujo) en su charla TED, y lo definió de la siguiente forma: "Esta concentración, cuando es intensa, te lleva a una sensación de éxtasis, de claridad: sabes exactamente lo que quieres hacer... La sensación del tiempo desaparece. Te olvidas de ti mismo". Pero creo que es más interesante para nuestro tema de conversación, los videojuegos, que usemos un documento de su propia cosecha como es la gráfica de aquí abajo.
Esta gráfica es tremendamente similar a la que se suele usar en el desarrollo de videojuegos, por no decir idéntica. ¿Por qué la traigo a colación aquí? Pues porque con Wartales, el título en acceso anticipado del que os vengo a hablar hoy, me he sentido justo en ese canal objetivo de todo desarrollador de videojuegos. Y no creo que sea nada fácil.
Wartales es un RPG isométrico tremendamente ambicioso en su premisa: empiezas con un grupo de aldeanos, ladrones, militares o demás opciones, y tendrás que ir progresando narrativa y mecánicamente con tus personajes, aprovechándote de la libertad que promociona. Esa exploración, además, se combina con unos escenarios "de casita de muñecas" en los interiores, y un combate al estilo Fire Emblem o X-COM.
Un gran tutorial encubierto
Esa combinación de géneros, opciones a la hora de afrontar las misiones, sistemas de crafteo y progresión, así como el puro gameplay y la exploración, bien podrían agobiarnos hasta el punto de hacernos desconectar. Sin embargo, Wartales consigue engancharnos desde bien temprano al mimetizar su tutorial con el arranque de una partida sin apenas mensajes descriptivos, o parones en la acción para asegurarse de que lo entendemos.
Siempre empezaremos en una colina, con un par de recursos cerca, y una pequeña banda de malhechores que pondrán a prueba nuestras habilidades. No nos abruma con sus sistemas, pero sí nos da un pellizco de ellos, sin hacer gala de sus dificultades como son la muerte permanente de nuestros compañeros caídos en combate.
Por si esto fuera poco, ya vemos un pequeño molino cerca, en el que podremos hablar con una familia que nos ofrece herraduras. Gracias al dinero conseguido en la pelea podremos comprar una y aprender a equipar objetos; pero con nuestro poni, y no con nuestros personajes, minimizando las ventanas de error del jugador. Ya desde esa pantalla verás un pequeño poblado, donde entrarás en la dinámica de las profesiones, así como de las misiones. En apenas 15 minutos, te han hecho un tutorial sin que tú te des cuenta.
La importancia de dosificarse
Poco a poco el juego va creciendo, manteniendo en ritmo genial al hacerlo. En todo momento tendremos la sensación de querer hacer una misión, conseguir un nuevo arma, o comprar provisiones, pero el título mantiene un ritmo no demasiado elevado. Esto nos permite reservar la emoción para las batallas, pero también llenar la exploración de puntos de interés, y también de mecánicas como la del descanso.
Wartales no abruma porque sabe dosificar sus opciones. No podrás ir a una ciudad y matar a todo quisqui, o recorrer el mapa en caballo sin encontrarte obstáculos. El juego quiere que vayas progresando y que moldees tu experiencia tomando decisiones, sí, pero en absoluto busca ser un sandbox en el que todo valga. Un equilibrio entre la ramificación y unos sistemas férreos, que acaba por parir un título en el que tras unas horas la experiencia de dos jugadores puede ser bastante distinta.
Equilibrismo de calidad
Wartales hace un ejercicio de equilibrismo encomiable, porque busca mantenernos dentro del carril del flujo, pero buscando darnos la sensación de que tenemos cosas de las otras zonas. Su jugabilidad perdona poco los errores, pero a la vez podemos conseguir sentir que estamos "estafando" al juego al conseguir un personaje tremendamente bueno en herrería que mejore nuestras armas y armaduras.
Y la realidad es que tenemos un botón para repetir peleas, e incluso para volver a la última aldea, si cometemos algún error grave; mientras los recursos necesarios y la dedicación necesaria para ser un buen herrero bien hacen que las mejoras estén detrás de cierto tiempo de juego. Wartales sabe lo que quiere hacer sentir al jugador, y sabe cómo conseguirlo.