Vaya fin de semana más épico gracias a la beta de Elden Ring. Había ganas de explorar el nuevo mundo creado por Hidetaka Miyazaki y George R.R Martin. Y las sensaciones tras haber estado unas cuántas horas jugando son abrumadoras. Si una beta cerrada como esta a la que hemos tenido acceso es tan inmensa y ofrece tantas posibilidades y contenido, no nos imaginamos lo que nos deparará en la versión final. Es inevitable que, con solo unas horas habitando los vastos parajes con el Sinluz y su corcel espectral, pensar en que tenemos ante nosotros uno de los claros candidatos a Juego del Año 2022.
Podemos sacar varias conclusiones muy interesantes con la beta cerrada de Elden Ring, a la que hemos podido jugar durante unas 10 horas. La primera es que en FromSoftware son muy abiertos de mente y no están para nada cerrados a la evolución del sector. Bastaba con hacer un "Souls" más para seguir encandilando a los millones de fans. Pero han querido ir más allá y las inspiraciones en juegos como Dragon's Dogma y, sobre todo en Zelda: Breath of the Wild para darle una nueva dimensión a los souls-like.
El mundo de Elden Ring es enorme. No solo es que el mapa de para perdernos durante horas, sino que tiene varias capas de profundidad en sí mismo, que nos harán pasar horas y horas explorando cavernas, cuevas o castillos. Le hemos dedicado muchas, muchas horas y apenas nos da la impresión de haber rascado la superficie. En una simple beta había un total de 12 jefes finales -entre principales y opcionales-. Ni siquiera hemos podido encontrar a todos y mucho menos vencer al total de los que nos hemos encontrado. Creo que a partir de febrero tendremos que solicitar otra vida para poder dedicársela a este juego como es debido, y no hacer nada más durante semanas.
Los Souls-like de nueva generación
Parece que, con todo esto, la metodología más lineal y pasillera -entended lo que quiero decir con esto- de la saga Dark Souls dejará de existir y los juegos intentarán copiar esta nueva fórmula. Una receta que ya hemos visto en juegos como el mencionado Breath of the Wild. Desde el principio podemos ir al punto del escenario que nos de la gana -aunque en la beta estaba limitado con una pared invisible que no estará en la versión final-, lo que aumentará exponencialmente las posibilidades una vez que el juego esté en las calles.
Además, si llegas a una zona en la que consideras que hay un boss demasiado poderoso en ese momento, puedes moverte fácil y rápidamente por los puntos de gracia que vayas desbloqueando para intentar subir de nivel y regresar más tarde con más capacidad y fuerza. Nunca nos quedaremos encallados en un punto, porque siempre podemos ir a un lugar algo más factible y encontrar nuevas opciones o poderes que nos ayuden a mejorar. Porque si una cosa me ha gustado de Elden Ring es que su combate tiene diferentes y variadas vertientes.
Al principio de la beta tenemos cinco clases diferentes a escoger y, según nuestra decisión, nuestro personaje tendrá unos aspectos mejores que otros. Además del combate cuerpo a cuerpo, también podemos lanzar hechizos, algunos como los de "Rayo" bastante chetados, y es presumible que ajustarán esto en la versión final. Otra de las novedades son las invocaciones; llamaremos a criaturas espectrales para que nos echen una mano en combate y que sirvan como distracción para que podamos hacerle daño a los enemigos en el punto crítico y no solo se centren en nosotros.
Todo esto, claro, tenemos que ir encontrándolo por el escenario. Bien para obtener la capacidad de invocación, la forja para mejorar el poder de las armas o incluso a Melina, un misterioso personaje que pinta a muy importante en la historia, y quien nos dará un silbato para invocar al caballo que nos ayudará a movernos, no solo con rapidez, sino con verticalidad por el mapeado. Elden Ring prima la exploración. Jugarlo con tranquilidad y sosiego será clave. Si queremos ir de frente, rápido hasta el final, nos daremos de bruces con algún enemigo que nos machacará. Eso, precisamente, puede jugar en la contra de quienes busquen una experiencia directa y sin complicaciones. Como todos los juegos de FromSoftware, es para paladares muy específicos.
Un combate muy "Souls", como no podía ser de otra forma
Es cierto que Elden Ring, aunque aporta variedad con distintos tipos de combates según el arma, las invocaciones y los hechizos, sí que destila, y mucho, la sensación de que estamos ante un Souls. Si tenéis experiencia en la saga, no os costará nada haceros al esquema que plantea el juego. Hay que medir y estudiar a los enemigos para saber cuál es el momento adecuado para atacar y, sobre todo, para esquivar.
Esto es un apunte un poco más personal y, viendo los vídeos mostrados del juego, donde se hablaba de la importancia del sigilo, esperaba un enfoque más parecido al de Sekiro, que me parece majestuoso a nivel de mecánicas de combate, con los bloqueos o los mikiris. Pero, aquí no hay nada de eso. No podemos -al menos, por ahora- movernos con gancho por los escenarios para pillar desprevenidos a los enemigos o que se premie como lo hacía en las aventuras del Lobo el ser certeros a la hora de bloquear -no tanto al menos-. No es ninguna pega, ojo. Es más una apreciación personal; teniendo en cuenta lo buenos que son los combates en los Souls o en Bloodborne, pero en mi opinión están un punto por debajo de lo excelso que resulta Sekiro en esto; y la mezcla de ambos aspectos, habría sido simplemente perfecta.
¿Que si los videojuegos son arte?
Una vez más, sale a colación la absurda pregunta de si los videojuegos son arte, y gracias a juegos como Elden Ring, las respuestas son fáciles. Es cierto que a nivel gráfico y técnico, no nos echamos las manos a la cabeza; es más, ningún juego de FromSoftware destaca por eso. Pero, a nivel artístico, es verdaderamente impresionante.
El inmenso mundo abierto del que antes hacíamos mención no sería tan destacable de no ser por la elegancia que rezuma el juego en este aspecto. Desde aquel enorme árbol gigante y dorado hasta cualquier edificación como los castillos o lagos. Incluso los diseños de los enemigos, marca de la casa, nos sobrecogerán por si estilo y personalidad única. Seguro que hay muchas sorpresas reservadas en la versión final y no podemos aguantar más para echarle encima el guante.
Solo han pasado unas horas desde que ya no tenemos acceso y nos estamos mordiendo las uñas. Elden Ring está a un nivel superior de prácticamente cualquier videojuego del mercado. Las sensaciones con esta beta han sido tremendamente positivas, y eso que nos quedamos con la sensación de que quedan muchas cosas por contar. La versión definitiva será un incontable pozo de horas que nos tendrá aferrados a la pantalla durante mucho, mucho tiempo. Ahora, solo queda ser pacientes hasta febrero y prepararnos para la joya que se viene.