Tras haber llegado a la ronda decisiva de la primera fase del PGL Major de Estocolmo, Movistar Riders ha quedado eliminado de la competición más importante del Counter-Strike mundial. El equipo español cometió errores en las primeras rondas del torneo pagando el precio de ser el novato, pero plantó cara a todos los rivales que se le pusieron por delante ofreciendo muy buenas sensaciones. Era el momento de darlo todo, y los jugadores lo pelearon hasta que Heroic cerró el segundo mapa del mejor de tres decisivo con una victoria por la mínima en Overpass.
Movistar Riders: Aprendiendo a hacer historia
Es imposible celebrar una eliminación y más cuando da la sensación de que con algo de rodaje adicional el resultado de alguna de sus derrotas podría haber sido bien distinto. A este nivel competitivo los errores no se perdonan y han sido unos cuantos fallos puntuales en el juego metódico del conjunto español los que han terminado por evitar que el quinteto lograse avanzar a la segunda fase de grupos del formato suizo. Se pudo ganar a Entropiq, Virtus.Pro o haber llegado al mapa decisivo ante Heroic. Sin embargo, no hay nada de lo que lamentarse.
Es normal estar dolidos como aficionados y probablemente no haya palabras que puedan compensar la decepción que sufrirán mopoz y compañía, pero hay que recordar que el objetivo de Movistar Riders para la actual temporada era asegurar la plaza en ESEA Premier. Una meta que vista en la perspectiva que otorga saberse entre los mejores equipos del mundo es casi ridícula, pero que nos permite observar la imagen completa de unos jinetes que han logrado la meta que, aunque merecida, ha llegado mucho antes de lo que estaba previsto.
Movistar Riders ha logrado encabezar la escena española y se traerá de vuelta al centro de entrenamiento la confianza de saber que son capaces de hacer historia. Puede que no se hayan cumplido los objetivos de los más soñadores, pero esta vez teníamos que conformarnos con simplemente estar y esperar que las circunstancias acompañaran. Ahora toca seguir trabajando y asegurarse de desterrar la efimeridad del éxito. Hay hambre de más competición y motivos para una ilusión justificada.