Antes de nada, no quiero parecer un cascarrabias. Soy el primero que aboga por los cambios y los aplaude. Por ejemplo, Assassin's Creed necesitaba un cambio de rumbo -aunque ahora necesita otro- y la fórmula funcionó aunque "traicione" a sus orígenes. Estamos en un sector que evoluciona a velocidad de vértigo y estos soplos de aire fresco son necesarios. Pero ahora, quiero centrarme en una de mis sagas favoritas: Final Fantasy.
No os negaré que escribo esto con cierta preocupación ante el rumbo que está tomando la serie. Si bien es cierto que los spin-offs siempre han existido, me da la sensación de que en Square Enix están perdidísimos y que simplemente quieren arrimarse al sol que más caliente, sin preguntarse ni por qué lo están haciendo.
Actualmente, están en desarrollos dos juegos complementarios que van a llegar los próximos meses. Primero, en noviembre aterrizará Final Fantasy: The First Soldier, un battle royale para dispositivos móviles que combina la esencia de la saga de Square Enix con uno de los géneros de moda, con el objetivo de seguir la estela de Fortnite. También llegará en marzo Final Fantasy Origin: Stranger of Paradise, un juego que quiere ser como Dark Souls como excusa para lanzarse a otro subgénero bastante concurrido y de actualidad.
Desde Square Enix han sido honestos en el discurso de que apuestan por estas nuevas filosofías de juego y subgéneros en efervescencia para traer a nuevos adeptos al universo Final Fantasy. La intención la entiendo, pero tengo mis dudas de hasta qué punto funcionará. Las nuevas generaciones están acostumbradas a géneros como los battle royale porque, generalmente, son free-to-play. Acostumbrados a esas mecánicas, me cuestiono verdaderamente qué podría llevar a alguien que juegue a The First Soldier en móviles a jugar a un RPG puro como es, por ejemplo, Final Fantasy VI. O incluso Final Fantasy XII, por irme a algo más reciente en el tiempo.
En el caso de los souls-like, es algo parecido. De hecho, diría que Stranger of Paradise solo rezuma algo de interés para los propios fans de la saga, para poner en contexto los orígenes de la saga que quedaron en el aire. No para quienes sean amantes del género, quienes tienen en Sekiro, Bloodborne o Dark Souls juegos mucho mejores. Además, viendo los memes que hay al respecto de esta caótica aventura, no parece que se lo estén tomando demasiado en serio.
Engatusar a los jugadores con un género que no es tu especialidad para llevarles a otro radicalmente distinto me parece, honestamente, un disparo en el pie. Como echarle Piro ++ a un enemigo con poder de fuego. Es como deslizar a la derecha en Tinder y que en la cita te encuentres algo muy diferente a lo que has visto en las fotos. No es mostrarte como realmente eres. Es una estrategia de mercado en la que pones tu respetado nombre delante, pero lo que ofreces no tiene nada que ver con lo que te ha engrandecido.
Y puede que me coma mis palabras en unos meses. Ojalá así sea y salgan bien los dos proyectos. Me retractaré encantado. Pero no soy capaz de ver el sentido a esta estrategia. Especialmente cuando tienes otros proyectos con los que sí se siente identificado tu público, como es el próximo Final Fantasy XVI. O quizás sea mejor destinar recursos a acelerar el desarrollo de las numerosas secuelas previstas para Final Fantasy VII Remake y que no tengamos que esperar quince años para poder terminar el juego.