Estamos hartos de las críticas constantes a la industria de los videojuegos. Que si son violentos, que si crean adicción o dependencia... pero lo cierto es que, curiosamente, cuando se hacen estudios concienzudos al respecto las conclusiones son que son más beneficiosos que perjudiciales. Pero eso no abre informativos, ni es tendencioso o alarmista. Por eso lo escucháis o leéis menos.
Quien más y quien menos ha tenido algún que otro problema de salud mental derivado a la COVID-19. La pandemia nos ha puesto muchos obstáculos por el camino y es inevitable que afecten a nuestro estado anímico, derivando problemas como pérdida de memoria o estrés. Daños colaterales de este mal que ha azotado al mundo.
Pero ya se lleva mucho tiempo hablando de lo malo, y no vamos a venir a recordarlo para mermar todavía más nuestro estado de ansiedad, que todavía estará presente un tiempo hasta que todo esto se apacigüe. Porque nunca está de más mirar al futuro con un poco de optimismo, que ya nos toca.
Como cuentan desde el portal Business Insider, según el neurocientífico David Eagleman, tras la pandemia se pueden recuperar en cierta medida los problemas y que tenga un impacto positivo en el cerebro. E indica que hay tres vías para superar el impacto psicológico provocado por el coronavirus. Uno es la interacción social, otro el hacer ejercicio y otro la terapia o psicoterapia. Y aquí es donde entran los videojuegos.
Varios científicos apuntan a que la psicoterapia funciona para superar, o ayudar a la depresión o la ansiedad, cambiando en parte la actividad cerebral. Y se está evaluando esto mediante los videojuegos con resultados positivos.
Adam Gazzaley, profesor de neurología, afirma en Post Magazine que se está planteando utilizar los videojuegos para tratar a las personas con niebla mental provocada por el coronavirus. "Creo que la atención como sistema puede ayudar en toda la gama de afecciones y síntomas que sufre la gente, especialmente debido al COVID-19". El profesor asegura que hay una oportunidad increíble con esta metodología para recuperar la salud mental que teníamos antes de marzo de 2020.