2013 fue el año marcado por Riot Games, los creadores de League of Legends, para remodelar por completo su escena competitiva en occidente aprovechando el boom que había tenido el juego durante la pasada campaña. De tal manera, el siete de febrero de 2013 comenzaron tanto la League of Legends Championship Series europea como la norteamericana, unas competiciones llamadas a profesionalizar la escena a ambos lados del Océano Atlántico.
Desde ese momento se adoptó un calendario que dividía el año natural en dos temporadas regulares de apenas unos pocos meses de duración con sus correspondientes playoffs por el título y fases de ascenso y descenso. Un formato rápido y que dejara espacio para que a final de año se pudiera disputar el torneo de torneos: los Worlds.
La solución salomónica
Sin embargo, había un espacio entre ambos splits, como se convino a llamar a estas dos temporadas dentro de un mismo año. Esas semanas de parón se aprovecharon para cuadrar una separación tan festiva como solemne: un fin de semana de las estrellas. Al estilo de la NBA, los aficionados seleccionarían a los All-Stars que representarían a cada una de las “conferencias”; aunque con la particularidad de que en esa primera edición se contaría con un quinteto para cada una de las cinco grandes regiones existentes en 2013: China, Corea del Sur, el Sudeste asiático y las dos LCS.
China acogería un evento internacional de League of Legends por primera vez en su historia, una región clave años después con varios equipos campeones de Worlds, en lo que sería una ocasión perfecta para la expansión internacional de las competiciones profesionales del videojuego. La palabra de los fans sería quien decidiera los nombres seleccionados, pero había un problema en el puesto de la calle superior europea.
El francés de Fnatic Paul “Soaz” Boyer y el danés de Evil Geniuses Mike "Wickd" Petersen habían recibido una cantidad similar de votos, y se encontraban empatados en el primer puesto de dicho rol. Ambos militaban en equipos de primer nivel, tenían mucho carisma y cumplían a nivel de talento para representar a Europa en la primera edición del All-Star. Así que llegaron a una solución salomónica capaz de terminar con el bloqueo democrático impuesto por los fans: jugárselo a un uno contra uno.
Los mind-games de Soaz y Wicked
Como dos estrellas de la NBA jugándose el pase al partido de las estrellas al estilo callejero en el Rucker Park de Nueva York, Soaz y Wickd se jugaron el honor en un duelo individual. Este hecho tan orgánico como sorprendente contó además con las facilidades del mundo digital, al ser retransmitido por parte del propio Wickd en su canal de Twitch. Lolesports, el brazo de Riot Games para las competiciones de League of Legends actuó de manera diligente y empezó a promocionar este torneo improvisado.
El formato era simple: el primero en acabar con su rival ganaba un punto, y el primero en sumar tres, iría a Shanghai para jugar el All-Star.
Soaz empezó jugando sucio al usar a Teemo, una especie de mamífero con una cerbatana venenosa que podía cegar al rival, mientras Wickd optó por un personaje muy complejo mecánicamente como Riven. La suerte sonrió al danés que acabó con el de Fnatic aún sin poder acertar los ataques básicos a causa de la dichosa ceguera. Soaz empataría el duelo con un campeón clásico en su fondo de armario como es Kennen, pero quedaría contra las cuerdas al arriesgar con un Wukong que no le hizo ni un rasguño al Jayce de Wickd.
Con 2-1 para el de Evil Geniuses, Soaz siguió usando campeones nada comunes en su rol y optó por un tirador canónico como Draven. La polivalencia del francés hizo que Wickd no pudiese hacer nada dentro de la partida y viera el empate frente a sus ojos. Parecía como si alguien hubiera escrito un guion en el que había espacio para las remontadas, las sorpresas y hasta un quinto partido.
El canal de Wickd logró en esos momentos un máximo histórico de espectadores en un canal perteneciente a un usuario particular. 140,000 personas estaban pendientes del duelo definitivo que iba a decidir quién de los dos jugadores europeos representaría a su región. Y con tantos ojos sobre su ratón, Soaz hizo uso de todas sus habilidades de theorycrafter para dar con algo que incluso Riot Games debilitaría a causa de esta partida: Nunu.
Nunu no era un campeón especialmente fuerte, ni tampoco mecánicamente exigente. Todo lo que hacía este yeti era pegar golpes con sus brazos, comer monstruos neutrales para curarse y lanzar una bola de hielo. Tradicionalmente se usaba como jungla, al poder contar con ese bocado para llevarse objetivos neutrales, pero Soaz pensó que con esa gran curación y una habilidad tan simple como esa roca helada, le bastaba para ganar. La transición al digital de los codazos en el poste bajo, los agarrones en el saque de esquina o los pisotones en las melés.
Y funcionó. No fue lo más elegante ni honroso, pero Soaz logró llevarse el duelo contra Wickd y fue parte del primer equipo europeo en disputar un All-Star. A día de hoy puede consultarse el vídeo y la expresión del danés en su webcam al luchar contra un yeti inmortal bien son historia del LoL callejero