El comienzo del próximo Acto 2 del Episodio 3 de Valorant llegará con un nuevo mapa como gran novedad. Fracture será el séptimo escenario disponible en el juego, un nivel con un diseño muy particular dispuesto en forma de H de tal manera que los defensores quedan expuestos a un ataque desde varios flancos gracias a la movilidad adicional del equipo ofensivo. Una premisa de lo más particular que desde su presentación no dejaba dudas con respecto a la capacidad de generar enfrentamientos divertidos, pero sí en relación con su faceta competitiva.
El divertido choque visual de Fracture
Uno de los aspectos más destacados del nuevo mapa de Valorant es el visual. La forma de H que Riot Games utiliza para darle al escenario un carácter muy marcado, ha servido para que se aprovechen de elementos ya creados para otros niveles combinándolos de forma que den lugar a un entorno único donde chocan dos biomas: el desierto y los tonos naranjas del mapa de Bind que caracteriza a la zona de A y el entorno selvático heredado de Breeze del punto de B. Una forma perfecta de representar los universos espejo del juego con un resultado brillante que refuerza la sensación de diversión del mapa.
El escenario también tiene unos cuantos detalles que buscan evidenciar el experimento fallido que dio lugar a su formación en el universo del juego, disponiendo de algunos elementos interactivos que nos permiten disfrutar de parte del lore mientras echamos una partida. Un esfuerzo algo tibio que podría estar mejor llevado, pero que al menos supone la primera representación seria de que detrás del shooter táctico hay una historia que merece la pena explorar y que de ahora en adelante será mucho más que una cinemática por capítulo.
Un planteamiento paradójico
Aunque el aspecto visual es importante, Valorant no es un título al que dediquemos horas por ser inmensamente bonito. La integridad competitiva es lo principal en un shooter táctico competitivo y el nuevo mapa tiene unas cuantas decisiones arriesgadas al respecto. Su planteamiento otorga la mayor parte de las zonas importantes del mapa a los defensores, que ocupan la parte central del mapa, a cambio de permitir a los atacantes hacer una ofensiva simultánea tanto por la ruta principal como por la espalda.
Las primeras rondas que pudimos probar fueron en defensa y resultaron verdadero caos en el que el mapa parece jugar en contra. Sin embargo, el proceso de adaptación a la premisa un tanto extraña del nivel es relativamente rápido y da lugar a estrategias divertidas en ambos bandos. Por ejemplo, pudimos experimentar intentado cubrir las zonas de plantado desde fuera del punto gracias a las habilidades de Cypher para luego jugar al ‘retake’ con nuestros compañeros.
El hecho de tener que prestar atención a todo y que los movimientos sean particularmente peligrosos también aumenta la relevancia de las rotaciones bien ejecutadas. La distancia entre puntos es muy grande y hay varias zonas en la que un jugador puede situarse para evitar los movimientos de los rivales por el mapa. Una faceta que, sin estar ausente en el juego, parece que va a ser particularmente relevante en este escenario.
Se habilitan estrategias interesantes que dotan de una mayor variabilidad al mapa construyendo varias opciones de posicionamiento ‘por defecto’ tanto en ataque como en defensa y, pese a que podemos acabar recibiendo impactos por la espalda, en ningún momento da sensación de ser injusto.
Rankeds y competición
A nivel competitivo, Fracture apunta a ser un escenario extraordinario para disfrutar como espectador y lo suficientemente equilibrado como para que los jugadores profesionales se adapten a él. Quizá moderadamente favorable al ataque, una cuestión que pudimos plantear a Riot Games, quienes aseguraron que no habría problema con que estuviera algo desequilibrado siempre y cuando esa disparidad mereciese la pena.
El problema podría llegar en las partidas clasificatorias. La coordinación en defensa y ataque será crucial, pero los automatismos defensivos son mucho más complicados, de forma que el ligero desequilibrio en favor de los equipos que plantan la Spike podrá quedar demasiado remarcado. Sin embargo, en esas raras ocasiones en las que las cosas salen bien y los equipos son capaces de gestionar adecuadamente la estrategia, puede llegar a ser el mapa más divertido para todos.
En definitiva, estamos ante un mapa que probablemente polarice las opiniones tras las primeras sensaciones y que condiciona los planteamientos estratégicos en una medida algo más elevada que otros escenarios. Sin embargo, nos ha dejado mejor sabor de boca que otros lanzamientos y este entorno paradójico de choque de universos y ataques divididos es el escenario de Valorant en el que más confiamos a largo plazo.