League of Legends ha conseguido el éxito global y puede disfrutarse casi en cualquier parte del mundo. Sin embargo, no en todas las regiones tendremos la misma experiencia cuando se trate de saltar a la Grieta del Invocador. La infraestructura y localización de los servidores oficiales de Riot Games puede provocar cambios más que notables a la hora de jugar. Entre ellos uno particularmente destacado que en Europa hemos asumido como una realidad imposible de cambiar: el ping.
Sin embargo, esta situación no se da en todas las partes del mundo. No es casualidad que muchos jugadores profesionales decidan emigrar a Corea del Sur para entrenar en su cola clasificatoria. Pese a la hostilidad que mantienen los nativos con los extranjeros, el país cuenta con ventajas más que notables. Por un lado, es el servidor más masificado y competitivo al que tienen acceso los jugadores foráneos y, por el otro, ofrece una experiencia perfecta en términos de conexión a internet con un ping casi imperceptible.
Nemesis no fue el primer profesional de League of Legends en tomar la determinación de mudarse al país. Sin embargo, el ex de Fnatic ya se ha establecido en la región tras haber pasado el último año retransmitiendo en directo sus partidas en el servidor coreano y acercándolo al público occidental. Por el camino, un repertorio de grandes jugadas que denotan las capacidades del europeo, reforzadas también por este contexto positivo.
En su último momento destacado, el jugador da un verdadero recital de esquivar habilidades para acabar con un rival durante la fase de líneas que solo puede conectar sobre él los ataques básicos. Un total de cuatro hechizos esquiva el bueno de Nemesis de forma consecutiva para cerrar la baja con apenas unos cuantos puntos de vida restantes y gracias a un destello en el que puede sacar a relucir todos sus reflejos sin apenas retardo impuesto por el juego.
Es evidente que no todos los jugadores de League of Legends podrían conseguir una jugada de estas características por el hecho de contar con una latencia tan baja, pero también que sería prácticamente imposible conseguirlo en cualquier otra parte del mundo. Pensad que, por ejemplo, si jugáis desde Europa tardaréis de media cinco o seis veces más en ver los movimientos rivales. Así, estamos ante una situación única que cualquier jugador querría experimentar.