Warwick es uno de los campeones con las mecánicas más interesantes de todo League of Legends. Lo disimula bien detrás de un diseño pretendidamente sencillo que lo convierte en uno de los personajes más fáciles de manejar de todo el videojuego. Sin embargo, el personaje esconde algunas de las interacciones más fascinantes del título. Todo esto, por culpa de su Q (Las Fauces de la Bestia), con la que es capaz de perseguir a los rivales a cualquier parte del mapa.
Una bestia sin control
Gracias a la mencionada habilidad los jugadores han podido descubrir funciones rarísimas y combinaciones devastadoras que, además de ser eficaces, son extraordinariamente divertidas. Sin embargo, este depredador no siempre sabe medir su propia potencia. En este sentido, es fácil que nos deje en una muy mala posición en la que hemos acabado de forma involuntaria, dando lugar a una mecánica mucho más compleja que en determinadas situaciones se convierte en una lotería.
Capaz de perseguir a un Twisted Fate que utiliza la definitiva o a cualquier campeón que este utilizando el teleportar, Warwick también hace gala de ser el personaje de League of Legends con mayor sed de sangre cuando los rivales están volviendo a base. De esta forma, podemos acabar como el protagonista del video: utilizando nuestra habilidad solo para perseguirlo hasta la fuente con un salto de rango infinito que nos hace recibir unos inevitables mil puntos de daño por segundo.
La jugada también plantea preguntas sobre la mecánica de vuelta a base en League of Legends, que deja completamente expuesto al campeón. Los últimos instantes del regreso a la fuente pueden ser muy traicioneros y se hacen especialmente notables con las pocas habilidades capaces de perseguir a los rivales. Un mal trago que nos hará ser más prudentes, ya que no parece que Riot Games vaya a solucionar esta situación próximamente.