Aunque todavía hay tiempo para una remontada marca de la casa, G2 Esports está viviendo la peor temporada de su historia desde que irrumpió en el League of Legends de máximo nivel. Con la primera vuelta de la edición estival de LEC ya finalizada, el equipo marcha con un empate por la quinta posición y un registro negativo en el casillero de victorias que le equipara a organizaciones con menor lustro y los obligará a pelear por salvar los muebles en la segunda vuelta.
El equipo lo tenía todo de su parte para rencontrarse con la victoria ante un Misfits que llegaba como el inesperado líder de la competición. Una partida quirúrgica en la que los muchachos de G2 Esports estaban siendo capaces de imponerse de manera holgada. Alma de Dragón de Montaña y una ventaja más que consistente en el marcador de oro que hacían presagiar un final de mapa calmado en el que no cometer errores.
Sin embargo, la relajación fue el principal enemigo. Dubitativos, los samuráis dejaron que fuera el equipo de Misfits el que asegurase el Dragón Anciano para luego encarar una incomprensible pelea. La sorprendente ausencia en la pelea por el monstruo neutral más importante de League of Legends en cuanto a estadísticas ofensivas y los nervios fueron suficientes para que los jugadores de Misfits barrieran con facilidad pasmosa y acabasen la partida sin pasar por base.
Jornada de estupefacción entre los aficionados de G2 Esports ante una incomprensible derrota que ahonda en la profunda crisis del equipo. Ya son cuatro las partidas perdidas de forma consecutiva por la organización que un día encabezó la resistencia occidental a los titanes internacionales de League of Legends. Un ciclo que no necesariamente tiene que acabarse aquí, pero en el que muchas cosas tendrán que cambiar si quieren recuperar el respeto de antaño.