Karma no es precisamente un campeón que tenga posibilidades de brillar en el juego competitivo. No precisamente porque sea muy fuerte o tenga un bug que rompa League of Legends. Más bien, porque ningún equipo quiere verla en partidos oficiales.
Considerando que ya estamos rozando la mitad del split de verano, vale la pena revisar algunos números. El párrafo introductorio deja saber que Karma está en una posición que amerita nerfs en el competitivo, lo que justamente llegará en el parche 11.14 del 8 de julio. Pero, ¿qué tan baneada está? ¿Cuánto ha ganado hasta ahora?
De acuerdo con los datos de Game of Legends, Karma tiene un porcentaje de selección y bloqueo del 77%, el segundo más alto en las cuatro regiones grandes de League of Legends. Rápidamente, cuando hablamos de regiones grandes, son China, Corea del Sur, Europa y Norteamérica. Ahí, se nota una muy alta prioridad sobre Karma.
Lo más curioso de la situación es que, si bien tiene un alto porcentaje de selección y bloqueo, su win rate no es el mejor. De hecho, si tuviéramos que tomar dichas estadísticas como referencia, Karma necesitaría un buff para que ganara más. Actualmente, sufre de un 38% de win rate en las cuatro regiones grandes de League of Legends. Esto quiere decir, ganó 23 de los 60 juegos en los que logró colarse.
¿Por qué ocurre esto? Karma es una campeona enfocada en la utilidad y un poco de control de masas. Permite que el equipo llegue rápido a un dragón, por ejemplo, además de otorgar escudos para mitigar el daño que pueda recibirse. También puede enraizar a los rivales o ralentizarlos, además de aplicar una buena cantidad de daño. Pero al mismo tiempo, los profesionales tienen planes en contra de ella. Karma no tiene herramientas para garantizar el mismo daño que otras opciones populares en el metajuego. Si bien puede jugarse como carrilera superior, central o soporte, es arriesgado entrar a partidos con Karma.
Una Karma con un equipo a la delantera puede ser de miedo, pero una que juega desde atrás puede ser fácil de castigar. Esto queda en evidencia con su bajo win rate.