La era de competición en línea pasará a la historia como una de las más tristes de la historia de Counter-Strike: Global Offensive. En el contexto de pandemia, algunos equipos han encontrado la forma perfecta de ganar notoriedad a costa de acabar con la confianza de muchos aficionados en la integridad competitiva. Trampas para ganar, tramas de apuestas o la combinación explosiva de ambas fuerzas con las que unos cuantos han querido llenarse los bolsillos.
Fraude en pleno camino al Major de Estocolmo
Akuma es una organización que compite en la región de estados independientes y que ganó notoriedad en el pasado torneo puntuado al próximo Major de Estocolmo. Sus buenos resultados y, sobre todo, sus conductas sospechosas durante el transcurso de los partidos despertaron desconfianza en la comunidad sobre la legitimidad de los logros alcanzados en el servidor. Unas posibles trampas que, por otra parte, son imposibles de identificar debido a la conducta negligente de los organizadores del torneo.
Sin embargo, lo que sí ha quedado ha alarmado a la Comisión de Integridad de los Esports (ESIC) es que las conductas en lo referente a las apuestas inducen a pensar en un más que posible fraude. Este ha sido delatado por una segunda plataforma centrada en los movimientos sospechosos de todo tipo de apuestas y que ha alertado a la organización de que Oleksandr Shyshko, CEO de la organización de la que emerge Akuma, ha llevado a cabo apuestas sorprendentemente certeras en el partido que enfrentó al club frente a Virtus.Pro.
Desde ESIC han asegurado no poder tomar mayores medidas al respecto debido a la falta de jurisdicción sobre esta competición. Sin embargo, ha recomendado a todos sus socios en el sector de Counter-Strike: Global Offensive que no acepten la posible entrada de Akuma a ninguno de sus torneos (en caso de los organizadores) y que no hagan un quinteto que incluya a tres o más de los jugadores activos en la plantilla o con relación alguna con el mencionado Oleksandr Shyshko (en caso de los clubes).
Ahora, la pelota está en el tejado de Valve. La ESIC ha enviado a ella todas sus evidencias solicitando una investigación y ofreciéndose a llevarla a cabo ellos mismos en caso de que así lo consideren. Al menos, nos quedan dos lecturas positivas: la era de competición en línea está a punto de acabar, y CS:GO es mucho más grande que quienes trabajan para enterrarlo.