Tras más de diez años de desarrollo, League of Legends ya tiene disponibles casi todas las mecánicas que nos podamos imaginar. En la mayor parte de los casos, las novedades introducidas a este sentido suelen sentarle bien al juego. Sin embargo, hay algunas que son criticadas por la comunidad o que, simplemente, resultan muy extrañas para los jugadores y parecen no acabar de encajar en el juego. Algo que no provoca demasiados cambios ya que son completamente intencionales.
Una de las más extrañas es la mecánica de persecución de Warwick. El campeón esta diseñado para ser siempre capaz de perseguir al rival por medio del olfateo de presas gracias a la utilización de su pasiva (Sed Insaciable) y la W (Caza Sanguinaria). La habilidad que llama la atención es, sin embargo, su Q (Las Fauces de la Bestia), que le ofrece la posibilidad de situarse detrás del enemigo haga lo que haga. Una herramienta que nos ha dejado unos cuantos momentos desconcertantes en las partidas.
El problema para muchos jugadores es que su capacidad de persecución es algo excesiva. Así, con un buen cálculo, nos permite perseguir a campeones que se estén desplazando de punta a punta del mapa mediante la utilización de una habilidad definitiva (como la r de Twisted Fate) o Hechizos de Invocador (Destello o Teleportar). Todo es cuestión de apuntar bien para llevarnos nuestra cacería al otro extremo de la Grieta del Invocador pudiendo conseguir eliminar a nuestros enemigos incluso aunque usen algunos de los recursos más preciados de todo League of Legends.
La jugada es un buen ejemplo de la clase de interacciones que podemos conseguir mediante el uso de esta habilidad. Una desaparición total del mapa para luego volver a materializarnos en la ubicación que nuestro enemigo fijo como objetivo del teleportar. Si no supiéramos que lleva funcionando de esta manera desde que se lanzó el campeón, incluso pensaríamos que es otro de los bugs de League of Legends.
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