Desde su salida en 2013, Grand Theft Auto V se ha convertido en uno de los videojuegos más importantes de la historia del medio. Su nivel de ventas apenas ha bajado durante estos años, mientras a su alrededor florece tanto el modo online propuesto por Rockstar, como los servidores de roleplay como Marbella Vice. Parece que cada año que pasa, menos nos acordamos de Michael, Franklin y Trevor, pero lo cierto es que su aventura sigue mereciendo un concienzudo análisis.
A través de un proyecto del youtuber Sex Positive Gamer, que se ha dedicado a completar una partida al modo historia contando la cantidad de personas que el jugador ha de matar, se evidencia que las cifras son enormes. Y todo esto limitándose a las muertes completamente necesarias para continuar con la historia de GTA V hasta terminarla.
A través de este "modo pacífico", el youtuber acaba con 726 personas dentro del videojuego. Un total de 172 con Michael, 295 con Frankin y 258 con Trevor, así como una adicional con los tres siendo partícipes del final aceptado como canon por parte de Rockstar. Todos esos actos están presentes en el vídeo de arriba, que a lo largo de 13 minutos, detalla cada una de las muertes perpetradas por el jugador a lo largo de las horas de duración de este videojuego.
Si esta cifra nos parece grande, el dato no es tanto así al compararlo con otros videojuegos en los que el youtuber ha hecho el mismo trabajo. Por ejemplo, Max Payne 3 nos obliga a acabar con 1216 personas, mientras que Half-Life 2 se iría hasta los 751 cuerpos. A todo esto hay que añadir que GTA es un juego de mundo abierto con una duración muy importante.
En la descripción del vídeo afirma que no se realizó ningún atropello accidental, se usó el sigilo siempre que fue posible y que no se realizaron misiones secundarias que podrían inflar este dato.
Aunque todavía no hay información oficial sobre GTA 6 y ni siquiera tenemos a nuestro alcance la confirmación del desarrollo del juego, una oferta de trabajo para Rockstar ha sido todo lo que los jugadores necesitaron para empezar a atar cabos.
