Los modos alternativos de League of Legends suelen ser un éxito cuando se introducen en el cliente que luego van perdiendo fuelle. Siempre es interesante probar la novedad y darle una oportunidad. Sin embargo, estos no están pensados para ofrecer enfrentamientos justos y es posible que se le acabe viendo el cartón al modo de juego tras unas pocas partidas. En el caso del Uno Para Todos hay unos cuantos personajes encargados de acabar con la diversión.
El caso más exagerado es el de Heimerdinger. Este campeón es uno de los más frustrantes durante la fase de líneas ya en las partidas tradicionales de la Grieta del Invocador, pero en el caso de esta modalidad alternativa puede ser literalmente imparable. Basta con que los cinco jugadores se pongan de acuerdo con empujar el carril central situando sus torretas para que la partida termine en un suspiro con todas las estructuras de un carril derribadas por parte de uno de los equipos.
Esa es la experiencia que ha compartido un jugador que, aunque desde fuera pueda parecer divertido de ver, deja a los rivales sin margen de maniobra. Las torretas golpean duro en el juego temprano y afectan a las torres. Basta despistarse un poco o no saber lo que están planeando nuestros enemigos para que, cuando nos queramos dar cuenta, tengamos un inhibidor caído tras apenas seis minutos de partida.
Afortunadamente, el modo Uno Para Todos tiene disponibles baneos. Sin embargo, es normal que los jugadores puedan llevarse sorpresas ante lo que pueden hacer algunos campeones. Lo que en principio puede parecer buena idea, como jugar con Yuumi y hacer que todas se coloquen una encima de la otra, puede acabar en una pesadilla jugable de grandes dimensiones que no tiene solución hasta que caiga uno de los dos nexos.
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