Cuando dos equipos se enfrentan en una partida de League of Legends y tienen un nivel parejo normalmente se dice aquello de que ambos tienen las mismas opciones de ganar. Sin embargo, desde el mismo momento en el que pronunciamos la frase o señalamos los porcentajes en el 50% le estamos faltando a la verdad. El MOBA de Riot Games nunca ha sido del todo justo y hay varios factores que han convertido el lado azul en el más beneficioso independientemente del modo de juego, pero normalmente no se señala el que parece ser el verdadero causante de la diferencia.
Uno de los juicios de valor más habituales es que las diferencias entre lados solo afectan a los jugadores de menor nivel. Sin embargo, esta afirmación tampoco aguanta un solo asalto a una verificación con datos objetivos. De hecho, debido a las ventajas intrínsecas de partir desde el vértice inferior del mapa y su combinación con la estrategia de la fase de selección, la influencia es incluso superior. No en vano, en todas las grandes ligas vemos que se elige en un 84% de los casos con un ratio de victorias medio del 59,3%. Número muy superior al apenas 50,5% que acumula en partidas clasificatorias.
Para valorar los motivos de esta situación más allá de la importancia de la fase de baneos, hay que tener en cuenta la distribución del propio mapa y como el lado azul tiene ventajas más que notables para atacar las líneas mediante las emboscadas. En bot es más sencillo llevar a cabo un ataque bajo torre con la ayuda del equipo. Una situación que, debido a la asimetría del mapa y las diferencias estratégicas que dicta el metajuego, no es tan sencilla de ejecutar en el carril superior y establece una de las diferencias clave de League of Legends.
Además, los objetivos también tienen diferencias. Mientras que el Dragón mira hacia la base roja, habilita al lado azul para ejecutar una pinza entrando por ambos flancos y cerrando vías de escape de forma mucho más sencilla. Sucede lo mismo a la inversa con el Barón Nashor. Sin embargo, las peleas que dan las primeras ventajas suelen tener lugar en el primer objetivo neutral y se repite en numerosas ocasiones a lo largo de la partida.
Por último, hay que hablar de la cuestión de la perspectiva, que se establece como la verdadera diferencia. Aunque lo parezca por la posición de la cámara, League of Legends no nos ofrece una visión rectangular de la pantalla. El plano picado está tirado de forma que hay un ángulo que hace todavía más complicado jugar en el lado rojo, ya que dificulta todavía más la visión. El estudio de Richard Heimer hace hincapié en el modo espejo de One For All, donde no hay objetivos y todos los jugadores utilizan el mismo campeón en el mapa de Aram (que es simétrico). Una situación que con unas 35000 partidas de muestra dio una tasa de victoria del 56,4% al equipo azul.
Por último, el mismo artículo de este autor utilizaba el ejemplo del Bosque Retorcido, donde ambos lados tenían tendencia a una tasa de victorias pareja. ¿Sabéis cuál era la particularidad? El ángulo de cámara era el mismo para ambos equipos.