El pasado 22 de julio de 2020 apareció en League of Legends una nueva campeona muy especial. No hablamos de ella por temas narrativos asociados al Florecer Espiritual, o por su aspecto cuadrúpedo poco estilado en el MOBA de Riot Games, si no por los resultados puros que ha dado desde ese momento. Lillia es uno de los nuevos campeones más perfectos que nunca ha tenido League of Legends y el equipo de desarrollo querrá replicar el modelo.
Y eso que el arranque de la campeona no fue el mejor a nivel de popularidad. En parte esto fue porque Yone, hermano de Yasuo y personaje clave en la narrativa del evento, apareció como nuevo campeón en el PBE cuando a Lillia apenas le había dado tiempo a instalarse en la Grieta del Invocador. La gente apenas se fijó en ella y salió "de tapadillo". Sin embargo, estamos hablando de un personaje que ha logrado un hito tan importante como el haber salido hace ya más de medio año y no haber tenido ningún cambio de balance.
Esto es algo tremendamente complicado cuando hablamos de nuevos campeones por muchos factores. Riot Games siempre intenta innovar con los nuevos campeones y probar cosas nuevas (las cuales tienen poca referencia sobre la que balancearse antes de salir. Tampoco ayuda que el PBE sea un servidor pequeño y artificial, mientras los numerosos servidores mundiales tienen millones de jugadores buscando estrategias para romper el juego.
Pero Lillia sólo ha tenido un cambio de balance y ha sido reducir un 0.1 puntos su resistencia mágica, lo que es una simple estandarización de sus números. Nada relevante a nivel estadístico o mecánico ha sido alterado de esta cervatilla desde su lanzamiento.
Es cierto que sus estadísticas de victoria nunca han sido espectaculares (46.66% de victorias en SoloQ en estos momentos según OP.GG), pero ha sido extremadamente apreciada en el circuito profesional y tiene un pickrate en SoloQ en torno al 8% en estos momentos (8º jungla más elegido).
La razón por la que Lillia no ha sido balanceado es porque ha pasado por el ciclo ideal de los nuevos campeones: inicio lento y con poco porcentaje de victoria, se le da tiempo para que los jugadores aprendamos a usarla mientras la abandonan quienes no están interesados o ganan poco, para terminar siendo un pick viable sin grandes alardes. Este es el objetivo de un Riot Games que en el pasado han acudido raudos y veloces a retocar campeones nuevos, sin dejar pasar el tiempo y que el metajuego se regule de forma automática.
Eso sí, el caso de Lillia es particularmente paradigmático. Esta cervatilla ha pasado por 6 meses de juego, pero no unos cualquiera. Por el camino hemos tenido cambios a la jungla y la pretemporada con una barbaridad de nuevos objetos. Con todo esto implementado, Lillia no ha dejado de ser un campeón que entraba dentro de unos límites básicos de viabilidad. No todo lo hace mal esta gente de Riot Games.