Para lo bueno y para lo malo, League of Legends es uno de los juegos donde más dependes de tus compañeros de equipo. Todo en el juego está orientado a encontrar la forma más eficiente de conseguir que una composición sea capaz de imponerse a la rival. Desde la estructura de posiciones hasta el reparto de roles en cada una de ellas, siempre se busca optimizar las posibilidades de victoria pensando en el conjunto y tratando de dejar de lado al individuo.
Desde Riot Games siempre han incidido en esta filosofía para justificar decisiones de diseño pensadas para evitar que un solo jugador sea capaz de ganar sin colaborar. Sin embargo, sigue habiendo jugadores que siguen valorando el daño por encima de cualquier otra de las múltiples variables que pueden ayudarnos a ganar una partida y que no tienen en cuenta lo valiosos que pueden llegar a ser los campeones de apoyo. Una injusticia que hay que empezar a solucionar.
Hablamos del rol de apoyo como concepto, y no solo desde el punto de vista de la posición. Personajes orientados al control de adversarios o a aytudar como tanques que también pueden aparecer en zonas del mapa menos habituales como la jungla o incluso el carril superior y que se sacrifican por sus compañeros en League of Legends.
La jugada que os traemos hoy es una de esas raras excepciones en las que el trabajo está hecho mucho antes de que las barras de vida enemigas comiencen a bajar. Todo gracias a una definitiva de Jarvan IV que es capaz de dejar encerrados al borde de la torre a todos los rivales y que hace que su compañero solo tenga que pulsar unas cuantas teclas para conseguir una de las Pentakills más fáciles de la historia.
El giro final de la jugada es que, según afirma el usuario que la compartió, todo acabo con un “buen trabajo Ryze” que ni tuvo en cuenta la presencia de Jarvan IV en toda la jugada, que hubiera sido completamente imposible sin ese magnífico cataclismo. El marcador no lo es todo en League of Legends, y sin hacer daño se pueden conseguir carrilear al equipo de formas alternativas.
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