Desde hace un tiempo, Riot Games nos ha acostumbrado a darnos explicaciones sobre League of Legends que profundizan en su proceso de toma de decisiones. Algunas de las más interesantes han sido las relacionadas con los campeones y cuáles son los objetivos concretos de cada personaje que llega al juego. Desde la desarrolladora las han bautizado como “fantasías”, ya que eso es exactamente lo que quieren cumplir, creando formas de jugar que la comunidad imagina para que pueda llevarlas a la práctica.
Los jugadores más atentos se han dado cuenta de que este concepto es uno de los más importantes de todos los que maneja Riot. Sin embargo, algunos creen que la desarrolladora ha fallado a la hora de afrontar las fantasías desde una perspectiva más amplia. El error, según ellos, lo ha cometido con los campeones de la categoría más polémica de todo League of Legends: los tanques.
Desde hace años la discusión del equilibrio entre las resistencias y el daño se ha convertido en un debate recurrente de la comunidad. Las quejas vienen de jugadores de todas las posiciones, que sienten tremendamente injusto que apenas una rotación de habilidades de los héroes más tanques del juego sea suficiente como para acabar con otro personaje. Algo que se hace especialmente notorio en campeones como Malphite, que cuentan además con muchas facilidades para conseguir su objetivo.
La comunidad ha señalado varias causas y hasta los jugadores de este tipo de campeones comienzan a sentirse algo decepcionados al no ver su fantasía cumplida por un problema habitual: no resisten tanto como querrían y hacen más daño del que parece justo. Una encrucijada que Riot Games no parece capaz de resolver y que se ha hecho más grave ahora que es posible jugar campeones que cumplan características de tanque con mucho más ofensivas gracias al drenado de vida de objetos como el Chupasangre.
Pese a todo, la solución no es nada sencilla y crear personajes especialmente resistentes que brillen por lo que aportan al equipo y no por su daño siempre ha sido un problema en League of Legends. En la escena profesional cuando uno de estos aparece suele dominar el metajuego, como ocurrió con Zac, Sejuani o sucede actualmente con Ornn por muchas reducciones de poder que reciba el Dios de la Forja.
La situación no parece tener una salida a corto plazo y a él se suma el problema de las partidas clasificatorias. Muchos jugadores sienten que depender del equipo es un hándicap demasiado grande y prefieren personajes que puedan acabar por sí mismos con el carry enemigo sin demasiado esfuerzo. Una situación que, por ejemplo, ha relegado a Nautilus a la posición de support y hace que apenas aparezca en el carril superior. Una tesitura que genera un dilema entre lo que debe de ser una posición, lo que los puristas quiren que sea y lo que demanda la mayor parte del público.
El equilibrio en League of Legends es una verdadera ciencia y no hay una receta mágica que pueda satisfacer a los millones de jugadores que lo juegan. Sin embargo, los desajustes estructurales son un desafío que Riot tiene que aprender a resolver.