Si el criterio de la duda razonable fuera suficiente como para tirar por tierra una sanción, quizás Jamppi nunca se hubiera pasado a VALORANT. Este joven jugador finlandés estaba destinado a ser uno de los prodigios de su tiempo, pero cuando apenas faltaban unos flecos para firmar con OG y lanzar su carrera al primer nivel europeo todo se torció. No hubo desacuerdo entre las partes, pero el motivo tenía una dimensión todavía mayor: Valve le había sancionado de forma indefinida por hacer trampas.
A partir de aquí se cuenta una historia que bien se podría haber convertido en el “Caso Bosman” de los deportes electrónicos. El jugador defiende su inocencia, asegurando que la cuenta baneada se la vendió a un amigo cuando tenía apenas quince años para poder jugar un evento en LAN local. Sin embargo, Valve nunca cambió de parecer al no haber pruebas de que realmente vendiera la cuenta (aunque una mala interpretación de un tabloide finés hizo que tanto nosotros como la prensa internacional pensáramos que había sido así).
El jugador no ha dejado de defender su inocencia desde que se precipitaron los hechos. Pese a todo, parece que ha decidido bajar los brazos y buscar la redención. Siguió compitiendo en Counter-Strike a lo largo de todo el pasado año, ya que muchas organizadoras no ratificaron la sanción de Valve y solo se había quedado fuera del circuito oficial de la desarrolladora. No obstante, de poco sirve ser uno de los mejores si sabes que nunca podrás jugar los grandes torneos.
Ahora, jamppi ha anunciado que se pasa a VALORANT. Riot Games ha hecho borrón y cuenta nueva y no ha seguido adelante con ninguno de los baneos que realizó Valve. Pattitek, compañero de Mixwell en G2 Esports, también recibió una sanción por hacer trampas cuando tenía 15 años sobre la que no hay duda razonable que valga. También algunos jugadores de Norteamérica estuvieron implicados en la sanción a IBUYPOWER en la que fue el escándalo de apuestas más importante de la historia de CS:GO.
El caso del jugador finlandés es único debido a las sombras que hay sobre su sanción. Los esports necesitan protocolos para resolver dudas y, sobre todo, criterios de actuación que no impongan los mismos castigos a los jugadores de 15 años que a los más veteranos. En cualquier caso, el CS:GO se queda sin un joven prodigio que podría haber hecho historia, y VALORANT se lleva a un jugador destinado a competir por los grandes títulos desde el momento en el que firme por un equipo profesional.
Fotografía: Dreamhack (editada)