El caso iBUYPOWER nos arrebató la inocencia con la que disfrutábamos de los esports. Un escándalo de apuestas que se consideraba poco menos que imposible en 2014, pero que tuvo lugar gracias a un contexto propicio. Las carreras de siete jugadores acabaron en el momento en el que finalmente se demostró que más allá de toda duda razonable, los cargos de los que se les acusaban estaban demostrados.
Un destino especialmente cruel con los aficionados. Norteamérica comenzaba a levantar cabeza e iBUYPOWER se postulaba como una de las alternativas a la vanguardia nórdica del Counter-Strike. NiP, Fnatic y Virtus.Pro parecían inalcanzables; pero ellos eran el equipo que debía cambiar la escena desde el otro lado del charco.
Un escándalo de apuestas acabo con iBUYPOWER en CS:GO
El quinteto de iBUYPOWER era tremendamente prometedor. Skadoodle, AZK, Steel, Swag y DaZeD estaban cambiando la historia del Counter-Strike norteamericano y, poco a poco, se convertían en candidatos a arrebatar a los equipos europeos la dinastía que instauraron en CS:GO.
Todo se truncó cuando en un partido de CEVO que los enfrentaba a Netcodeguides dieron un bochornoso espectáculo. El equipo de iBUYPOWER ya estaba clasificado para los playoff y parecía que estaban jugando de forma demasiado relajada. Nada tenía porque haber ido más allá. La presión era para un Netcode que se la jugaba y necesitaba sacar adelante el mapa para seguir vivo en la competición, pero la relajación pronto dio paso a las sospechas debido a un desempeño tremendamente poco profesional por parte de los jugadores.
Granadas de humo mal lanzadas, intentos absurdos por matar con el cuchillo, compras extrañas y jugadas tremendamente ridículas comenzaron a sembrar las dudas por parte de la comunidad. Todo parecía que se iba a quedar como estaba y los jugadores podrían seguir con sus carreras normalmente, pero hubo una persona que no iba a permitir que esto quedara en nada.
Richard Lewis revela el escándalo
Richard Lewis, uno de los grandes periodistas de la historia de los esports, comenzó a investigar. Sus pesquisas trajeron consigo pruebas que apuntaban en una única dirección y, tras un breve periodo de reflexión de qué hacer con toda la documentación recaudada, decidió publicarla.
El titular todavía retumba en la escena de CS:GO norteamericana. “Capturas de pantalla filtradas sugieren un arreglo de partidos en CEVO”. La información, una exclusiva de Daily Dot lanzada al día siguiente del partido, dejaba poco lugar a las dudas. Parecía evidente que había pruebas suficientes para ir a por iBUYPOWER y sus jugadores. La noticia fue rápidamente desmentida por los clubs, pero cuando muchas personas conocen un secreto es poco probable que siga siéndolo.
Hubo frustración en la comunidad. El arreglo de partidos desvirtuaba la competición y, además, parecía una ofensa irrelevante ante el inmovilismo de Valve.
Valve toma medidas drásticas contra iBUYPOWER
Aunque hubo cierta sensación de impunidad justificada ante la tardanza en las sanciones, no podíamos estar más equivocados. Valve se tomó el asunto de iBUYPOWER muy en serio, para algunos, demasiado.
La compañía desarrolladora atizaba una estocada mortal de necesidad para los jugadores el 26 de enero de 2015, casi medio año después de aquel fatídico partido. La perseverancia de Richard Lewis, que fue publicando todas las pruebas que recopilaba, trajo consigo consecuencias, pero no las que el propio Richard hubiera querido.
Valve tomaba una decisión radical y realizaba un total de siete sanciones indefinidas. Cuatro de los jugadores de iBUYPOWER (Swag, AZK, Steel y DaZeD) eran sancionados junto a Cud, dboorn y Casey Foster. A la práctica totalidad de la plantilla se unieron los miembros relacionados con la fundación de Netcodeguides. Sin embargo, en la lista de sancionados se echaba de menos a Skadoodle.
Hubo varias teorías, sin embargo, todo indica que el AWPer fue otra víctima del engaño y que en ningún momento estuvo al tanto de las decisiones del resto de sus compañeros o, al menos, no participó en ellas. Otras fuentes apuntan a que, simplemente, no retiró el beneficio de las apuestas, pero distan de la versión oficial.
¿Por qué?
Quizás esta es la pregunta que más se han hecho los aficionados al Counter-Strike. ¿Merecía la pena arriesgar tanto por unas tristes skins? ¿Por qué un equipo con potencial para convertirse en uno de los dominadores del Counter-Strike global sería capaz de venderse por tan poco? Esas dos preguntas no tienen respuesta y la actitud de los jugadores no puede ser justificada, pero el contexto favorecía esta actitud.
Con la competición resuelta en una época del auge de las apuestas de Counter-Strike y el intercambio de skins, parecía una oportunidad de conseguir unos ingresos extra. En 2014 la escena no había llegado al punto en el que estamos ahora y los jugadores no recibían grandes sumas de dinero por prestar sus servicios a un club.
Counter-Strike iba camino a convertirse en el gran casino que fue hasta que Valve metió mano en el asunto. Páginas de apuestas, ruletas y apertura de cajas que parecían ofrecer oportunidades únicas para que los jugadores pudieran conseguir unos ingresos extra. La situación fue degenerando poco a poco hasta estallar llevándose por delante a una de las organizaciones y los quintetos del CS:GO de esa época.
No lo malinterpretemos. Los jugadores de iBUYPOWER, a excepción de Skadoodle, no eran víctimas. Sin embargo, la justicia ejemplar no merece emplear el término de justicia.
Castigo desmedido
Richard Lewis, quien destapó el asunto, se apresuró a publicar una carta abierta a Valve. En ella pedía que se fijaran unos plazos para los castigos de los jugadores y se eliminara el “indefinido” de sus banns. Esa carta, publicada en verano de 2015 no tuvo efecto alguno sobre la desarrolladora de Counter-Strike.
El resto de las empresas organizadoras de torneos terminaron por dejar la sanción en un nada desdeñable periodo de dos años que finalizó en 2017. Pese a esto, de nada valía un jugador que no pudiera competir en las máximas competiciones oficiales de Valve. Hemos podido ver a algunos de los jugadores en equipos de buen nivel. Swag llegó a servir como suplente de MIBR.
La comunidad siempre ha pensado que el castigo de algo más de dos años era suficiente. Quizá tres o cuatro si había que ser tan severo, pero la suspensión de por vida era dar un paso más allá y sentar un precedente tremendamente peligroso.
EL triunfo norteamericano
Tres años tuvo que esperar el Counter-Strike norteamericano para tener un equipo a la altura del viejo iBUYPOWER. Curiosamente, el único superviviente del escándalo de apuestas fue el que consiguió levantar el primer Major de la historia de Norteamérica. La narrativa y la final fueron impresionantes.
FaZe llegó como favorito para llevarse la final en dos mapas, pero fue incapaz de imponer su juego. Con un intercambio de victorias en el primer par de partidas de la final, fue Cloud 9 el equipo que en la prórroga del tercer y definitivo mapa pudo conseguir reinar en Boston. El triunfo se dilató en el tiempo y buena parte de los grandes jugadores de la escena nunca podrán saborearlo.
El superviviente, además de Skadoodle, es Swag. Uno de los jugadores más carismáticos y jóvenes de aquel iBUYPOWER. Hace apenas unos días ha decidido colgar el ratón en Counter-Strike para dedicarse a Valorant, el nuevo shooter de Riot Games.
El escándalo fue mayúsculo y retiró de los esports a iBUYPOWER. La empresa se tomó su tiempo para posteriormente mantenerse como organizadora y patrocinadora de torneos, pero con tremenda desconfianza y cambio de punto de vista a la hora de hacerse con equipos. A día de hoy, nada queda de aquella legendaria squad que podría haber cambiado la historia del Counter-Strike.