Tras el inicio de la Temporada, Riot Games ha sido capaz de ir equilibrando League of Legends poco a poco. La desarrolladora ha pensado en el largo plazo a la hora de ajustar los nuevos objetos y ha tenido mucho trabajo por delante, haciendo cambios a hasta 138 campeones de cara al inicio de esta nueva etapa de su título de cabecera. Sin embargo, entre tantas modificaciones ha habido algunos aspectos del juego que se han escapado a su control y que ha hecho que se salte sus propias normas.
De cara a la próxima versión 11.3, cuyos cambios preliminares ya hemos conocido y que serán introducidos en el PBE en cuestión de horas, va a subsanar la situación. Seraphine, Anivia, Olaf y otros campeones que cumplían con los requisitos para recibir una reducción de poder van a tener su merecido. Sin embargo, hay dudas con respecto a otros personajes que parecen intocables por el martillo del nerfeo, y lo cierto es que ya no podemos acusar a Riot Games de no seguir sus propios criterios.
El caso de Kai’Sa, es el ejemplo perfecto, está en el límite de las estrcitas normas establecidas por Riot Games. Sobresale mínimamente su presencia en el juego profesional (93% con respecto al 95% permitido en un único parche) y lo compensa con un 50% de victorias para los rangos más bajos. Se queda en el alambre: lo suficientemente rota como para brillar y lo necesariamente discreta como para resistir estoicamente.
La campeona delata el verdadero problema del ajuste de Riot Games. Si las normas que nos han dado son las únicas, están incompletas. Hay factores que pueden catapultar el win ratio de un personaje. El caso de Seraphine con la build Moonstaff es un buen ejemplo de que el problema no siempre son los campeones. Otras estadísticas cuantitativas como el porcentaje de veces que es seleccionado también deberían jugar un rol fundamental y complementar el índice de baneos.
Medir en cualitativo puede parecer una contradicción, pero no tener en cuenta algunos aspectos como “qué tan fácil es este campeón” o “cuánto counterplay tiene” no es una alternativa ideal. A Riot Games se le exige más que a nadie en cuanto a comunicación y quizás sea el momento de contextualizar cada decisión de balance tomada en League of Legends y, sobre todo, de explicar por qué algunos campeones no aparecen en los parches.
De momento parece que la voluntad de la desarrolladora es ir subsanando los problemas principales. Hay que tener en cuenta también que el sistema de objetos todavía está recibiendo los últimos cambios y es mejor pecar de prudencia. No podemos saber si Kai’Sa seguirá manteniendo su presencia competitiva o su win rate en los elos más altos ahora que el Arcoescudo Inmortal va a aumentar sus estadísticas y otorgar más poder a Samira de forma indirecta.
La desarrolladora tendrá que actualizar sus criterios de ajuste en League of Legends y volver a aclarar la situación. Sin embargo, los grandes cambios requieren periodos de adaptación y eso es probablemente lo que está sucediendo ahora en Riot Games.