Raven Software parece estar escuchando con más atención a la comunidad en esta temporada 1 que Infinity Ward en su momento. La DMR 14 ha sido uno de los principales problemas de ese arranque de Black Ops Cold War en Warzone. El fusil táctico, en sus inicios, presentaba unas características propias de un rifle de asalto, pero con el daño brutal de casi un francotirador. Después de varios ajustes y arreglos, Raven supo dar en el clavo y ahora, esa DMR, ya no es ningún problema, puesto que ya no es tan sencilla de utilizar.
Lo que hacía que toda la comunidad abusara de ese fusil era, simplemente, que no tenía apenas retroceso, era muy fácil de controlar y con apenas un par o tres de balas podías matar a un enemigo. De un cargador de 30 o 40 balas, tampoco es muy complicado dar tres tiros a alguien. Y ya si era en la cabeza, el proceso se aceleraba. Raven incrementó el retroceso, modificó algunos accesorios para que no funcionaran tan bien como antes y redujo el daño de los impactos.
Aunque sigue matando de pocas balas, porque no olvidemos que es un fusil táctico, el retroceso y el control es lo que hace que muchos jugadores eviten a la DMR a toda costa. Warzone tiene espacios muy amplios y grandes, por lo que se suelen buscar armas con muy poco retroceso para los combates a larga distancia. Sin embargo, hay una mira secreta de esa DMR que nadie está usando y que, en realidad, la convierte en lo que era antes. Bueno, o casi a nuestro juicio.
Hablamos de la mira "Vulture con zoom personalizado". Si bien esta mira no es igual que la Axial Arms x3, puesto que hay que regular el zoom dependiendo de la distancia a la que esté el enemigo, cuando el zoom está al mínimo, el retroceso es de cero. Es decir, que en combates a media distancia no notaremos en absoluto que el arma se está moviendo. Las balas vuelven a ir rectas. A largas distancias, sí notaremos que se mueve un poco más, pero se sigue controlando cómodamente.
Si todavía quieres usar la DMR porque se ha convertido en tu arma estrella, no dudes en probar esta mira, porque demuestra que el fusil está todavía muy metido en el meta y que, con un poco de habilidad, puede reventar muchas cabezas.