En muchas ocasiones hemos relacionado el buen League of Legends con el orden y el juego metódico, pero a veces todo depende de un destello de calidad. Una simple genialidad que marque la diferencia en una partida y que nos diferencie lo suficiente del resto de jugadores como para hacernos merecedores de derribar el nexo rival y sobreponernos a las circunstancias.
Todo puede ser una simple cuestión de reflejos sobrehumanos o jugadas que a priori parecen imposibles. En ocasiones, incluso hay que desafiar a las normas contrastadas como aquella que dice que hacer dos cosas a la vez es imposible. Esta más que demostrado que el término multitasking, que se dice en inglés para darle más prestigio, es solo la habilidad humana para autoconvencernos de que estamos aprovechando mejor el tiempo mientras en realidad lo perdemos de la peor forma posible.
En resumidas cuentas, eso es lo que dice la ciencia. Sin embargo, en uno de esos momentos de brillantez League of Legends es capaz de desafiar este y otros tantos preceptos que son la más pura verdad en la inmensa mayoría de las ocasiones, y esta jugada es el ejemplo de lo que es podemos conseguir si estamos completamente concentrados.
En la jugada vemos a un Nocturne capaz de reaccionar de manera increíblemente rápida para acabar con dos enemigos en una sola definitiva demostrando unos reflejos felinos que firmaría cualquier profesional de League of Legends en un buen día. Utilizando la Q (Portador del anochecer) desde el mismo momento en el que gana el rango suficiente sobre Twitch sin perder el hilo de la jugada para acabar con Yasuo aprovechándose del daño combinado de la Paranoia y su pasiva (Espadas oscuras).
No se nos ocurre un ejemplo mejor de lo que es poder estar pendiente de todo sin perder efectividad. Mención honorífica a que la jugada la lleva a cabo para completar una baja triple, ya que incluso antes de lanzar la ultimate había sido capaz de acabar con otro enemigo cuya eliminación no aparece en el metraje.
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