League of Legends es un juego mucho más complejo de lo que aparenta en primer lugar. No es que parezca fácil y, de hecho, tiene una de las barreras de entrada más elevadas del mercado. Sin embargo, en la simpleza que se esconde una vez aprendemos los conceptos básicos para empezar a derribar nexos enemigos se esconde un sistema con muchos más matices de los que uno podría esperar.
Las mayores víctimas de estas capas adicionales de dificultad no tan perceptibles tras un primer vistazo son los tiradores. Siempre han sido la pieza clave del juego y durante años Riot Games llegó a balancear el juego en torno a esta posición, convirtiéndola en una piedra angular que acabó teniendo una evolución mucho más sutil que el resto de las categorías, que parecen hacer cada vez más cosas y resultar más efectivos en sus funciones específicas.
La jugada que os mostramos hoy profundiza todavía más en los problemas de los ADC. En ella, vemos a una Vayne que aprovechando los fallos de sus rivales y haciéndolo todo perfecto acaba saliendo indemne de la jugada y con una baja triple, pero que en varias ocasiones está a un instante de que acaben con ella sin tener ningún tipo de posibilidad de reaccionar.
El primer momento de la jugada ya deja clara la situación. Hecarim falla la definitiva, recibe el aturdir de Vayne y aún así es capaz de darle un buen susto a la campeona dejándola a menos del 10% de la vida. Después, la campeona comienza una escapada en la que lo hace todo bien, acabando con la Zyra y esquivando la habilidad que habría acabado con ella para enfrentarse a Illaoi que pese a tomar no menos de tres decisiones estrepitosas se queda a un autoataque cancelado de acabar con ella.
Los tiradores dan la impresión de ser de todo menos autosuficientes en League of Legends. Siempre son dependientes del resto de personajes de la partida e incluso si van por delante, que era el caso, requieren de un despliegue mucho más complejo del que exigen otros campeones del juego. Una situación algo injusta que en el pasado tenía sentido, pero que deja de tener sentido si no son el punto central de las partidas.
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