El pasado fin de semana tuvo lugar en formato en línea el último gran torneo del año de CS:GO. La Intel Extreme Masters: Global Challenge era la traca final para cerrar un ciclo de Counter-Strike enrarecido a lo largo de casi todo este 2020 por motivos de sobra conocidos. Un torneo con valor en sí mismo y en el que empezamos a ver la luz al final del túnel con la promesa sobre la mesa de que pronto disfrutaremos de torneos presenciales.
Ocho de los mejores equipos del mundo se daban cita en un formato exprés para determinar cuál de ellos se iría a las vacaciones de Navidad con la sensación de ser el equipo en mejor estado de forma. Una recompensa que se llevó Astralis tras firmar una competición excepcional en la que supo reponerse de una derrota ante BIG en la primera ronda y dominar el resto de los enfrentamientos.
Astralis fue capaz de llevarse por delante a Team Vitality en el partido decisivo, a Natus Vincere en la fase eliminatoria y de arrasar con Team Liquid en una final que se solucionó por la vía rápida sin que los daneses cedieran un solo mapa. Un torneo prácticamente perfecto en el que el equipo empieza a mostrar que está de vuelta y en el que solo tuvieron que recurrir a Bubzkji en una ocasión.
La victoria tiene más implicaciones que el trofeo o el premio económico: Astralis ha recuperado la primera posición del ranking mundial de HLTV. Teniendo en cuenta que a lo largo de este 2020 entre causas deportivas y extradeportivas habían llegado a bajar hasta el puesto número 17, parece que estamos ante el despertar de un gigante dormido que demuestra estar de vuelta y que su época de dominio sobre el Counter-Strike mundial no está ni mucho menos acabada.