Aunque apenas tiene dos semanas de vida en Europa, ayer vivimos la primera competición de League of Legends: Wild Rift. LVP emitió la First Blood, un evento de exhibición en el que seis equipos españoles se vieron las caras para dar con el mejor equipo de la beta, así como entretenernos con un LoL de bastantes quilates. Un torneo ágil y lleno de caras conocidas que del que pudimos aprender muchísimo.
Tanto es así que anoche muchos descubrieron tres lecciones maestras sobre la escena profesional de Wild Rift que bien puede crearse desde ya mismo,, al menos en vista del éxito en descargas e ingresos del título. Vamos a ello.
La gente quiere ver el juego
Un esport no nace, se hace. Y quien lo hace no es otra que la audiencia y los jugadores. Si una competición no interesa y no consigue espectadores, está condenada al fracaso por mucho que el juego sea bueno o la editora ponga grandes premios sobre la mesa. Y ayer descubrimos que hay interés en Wild Rift.
En la First Blood de LVP se ha logrado un pico de 10.917 espectadores y una media de 8.477 durante las 6 horas y 47 minutos que duró. Se trata de un gran dato que habla bien tanto de las ganas de la gente ver competir en este título, como del formato ágil y con muchos rostros conocidos que ha dispuesto LVP.
Team Queso no quiere perder ni a las chapas
El torneo no era otra cosa que un showmatch, un evento para ver las posibilidades del título y que los espectadores disfrutaran de un nivel alto de juego. Aunque casi todos los equipos contaban con jugadores de nivel en League of Legends, no todos tenían el nivel tan alto en el MOBA de móviles.
Team Queso sabía esto y utilizó a jugadores experimentados en MOBAS de móviles mientras Giants, G2 Arctic o Riders usaban profesionales de League of Legends PC como Th3Antonio, Marky o Supa. Los chicos de Alvaro845 quieren marcar terreno desde el inicio de la escena de un nuevo MOBA de móviles y se demuestra con la victoria final del club.
Jhin y Gragas, los campeones OP (que Riot ya ha nerfeado)
Para quien esté despistado, Wild Rift no tiene porqué compartir el metajuego con el League of Legends de PC. Con 49 campeones de los 152 actuales en la versión de ordenador y un título hecho desde cero con otros ratios y estadísticas, es razonable pensar que los campeones que manden en Wild Rift sean distintos a los de PC.
Y ayer asistimos a una pelea a cara de perro por hacerse con Jhin y Gragas, los dos mejores campeones que hemos podido ver en las partidas. Si el tirador puede acumular una cantidad de daño ridícula en apenas dos golpes, el barrigudo tiene un daño explosivo especialmente interesante, así como puede aguantar bastante.
Las estadísticas del torneo hablan por sí solas, hasta el punto de que Riot Games ha tardado apenas unas horas desde la finalización del First Blood en lanzar un hotfix con nerfeos para estos dos campeones. Quien haya visto el torneo y haya querido ganar una partida gracias a estos campeones tan potentes apenas ha tenido unas horas para hacerlo.