Cuando hablamos de los cambios de Riot Games a League of Legends, normalmente solemos prestar atención a las cosas que han funcionado peor y dejamos de lado los ajustes acertados. Es un problema que afecta a casi todo lo relacionado con el mundo de los videojuegos, donde apenas se celebra que las cosas se mantegan en normalidad. Sin embargo, en ocasiones es de justicia prestar atención a los aciertos y no solo a los fallos que cometidos.
Un buen ejemplo lo tenemos esta pretemporada, pero hay precedentes de sobra. Quizás, el más destacado de los últimos tiempos haya sido Pantheon. El espartano causó verdaderas pesadillas en el carril inferior a infinidad de jugadores tras una inesperada reconversión a la posición de apoyo que puso a Riot en la complicada tarea de debilitarlo para ese rol mientras buscaba la forma de mejorarlo en el resto de la Grieta del Invocador.
Los cambios no fueron pocos y, se sucedieron a lo largo de los parches 10.21 y 10.25. Sin embargo, parecen haber sentado de maravilla al espartano catapultando sus ratios de victoria en las posiciones en las que Riot Games quería potenciarlo y aupándolo por encima del 52% en todas las posiciones excepto las de bot lane, donde baila en torno a la mitad de las victorias.
De hecho, en la jungla ha sido capaz de superar la que históricamente ha sido la mayor de sus carencias: su dificultad para limpiar campamentos. Una situación que ha quedado subsanada hasta tal punto que es capaz de acabar con ellos en tiempo récord y estar listo para emboscar tras completar su primer recorrido en apenas tres minutos y once segundos, como ha demostrado un jugador.
Visto lo visto y siempre y cuando no haya más cambios, no sorprendería ver al campeón como una elección flexible para ir a casi cualquier posición. Esto podría convertirse en un problema para Riot Games, pero teniendo en cuenta que sobre el 52% todavía hay margen para una pequeña reducción de poder, parece que tiene en su mano todas las herramientas para solucionar también los inconvenientes futuros.
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