Uno de los aspectos que diferencia CS:GO del resto de shooters tácticos son las granadas. El hecho de que todos los jugadores tengan a su disposición hasta cuatro herramientas para facilitar las jugadas del equipo y puedan gozar de la cierta autosuficiencia que esta situación genera es uno de los factores que mantienen a más jugadores enganchados al título de Valve más de dos décadas después de su lanzamiento original.
En la competición, el estudio de como utilizar cada granada ha llegado a un punto en el que se ha convertido en una ciencia. Las estrategias de ejecución se han convertido en un baile armonioso en el que todo cae en el lugar indicado para conseguir ventajas tácticas. Esta situación, pese a todo, difícilmente la vemos en rangos más bajos en los que a veces incluso encontramos equipos enteros que no se conocen las zonas de lanzamiento.
Sin embargo, a veces todo puede ser una cuestión de suerte. Eso es lo que le pasó a este jugador, que en una partida en la que estaba jugando el mapa de Inferno vio como el siempre desafortunado timing le jugó la peor pasada que hemos visto nunca con las ‘piñas’ y que le dejó desarmado y sin nada que hacer.
En las rondas con poca economía es habitual que dos compañeros de equipo intercambien armas si uno queda a pocos puntos de vida para darle las máximas posibilidades de victoria a la ronda. Sin embargo y como vemos en el video, en el preciso momento en el que estos dos jugadores se pusieron de acuerdo para hacer el movimiento a parece una granada de fragmentación rival que hace saltar por los aires la FAMAS y la UMP-45 de ambos jugadores enviándolas a una zona inalcanzable de los tejados.
Desde luego, es la granada más aleatoria que hemos visto en CS:GO, pero también la que ha tenido un resultado más inesperado capaz de dejarnos con la boca abierta. Una buena decisión cortada en el último momento por un rival aguafiestas que probablemente ni se percató de lo que había conseguido. Ríete tú de Dosia.
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