La pretemporada de League of Legends está siendo uno de los mayores focos de polémica del juego en mucho tiempo. Pese a que la mayor parte de la comunidad esperaba que el título estuviera algo desequilibrado, lo cierto es que no son pocos los jugadores que empiezan a mostrar algo de hastío por la nueva actualización y las críticas se suceden cada pocos minutos en todos los espacios de opinión en los que pueden participar.
El diagnóstico que hacen los jugadores es claro y, por mucho que Riot no lo ve desde esa perspectiva, se desesperan por el efecto bola de nieve que tienen las partidas. Para muchos de ellos la calidad de estas se ha reducido de forma notable y, según defienden en su versión de lo que debería ser League of Legends, el origen del problema es que casi todos los campeones son capaces de hacer demasiado daño.
Basta con jugar unas cuantas partidas para saber que, efectivamente, los personajes que han salido beneficiados de los nuevos objetos han acabado ganando precisamente en esa estadística. Una situación que no se ha visto respondida con el aumento de las resistencias del resto de personajes del juego y que acaba haciendo una mezcla mucho más explosiva y creando un metajuego que parece no estar siendo capaz de convencer a la mayoría.
Para muestra, basta con la jugada que acabamos de ver. En ella observamos como una Katarina es capaz de volatilizar la barra de vida de la Quinn enemiga en una rotación de habilidades que apenas dura un segundo. Ni dos autoataques pudo propinar el tirador rival antes de que se llevara un buen susto y, de hecho, apenas un tic de daño más de la definitiva de la dama de las cuchillas hubiera sido suficiente.
Algunos jugadores han llegado a hacer peticiones muy serias a Riot Games para eliminar “el 20% del daño de League of Legends”. Hasta ha vuelto a surgir la petición de una versión clásica del juego o incluso que se retomaran los modelos de equilibrio de temporadas pasadas. Algo que desde luego no hará la desarrolladora, pero que muestra de forma evidente que el proceso de adaptación a los cambios es muy negativo.