Faker es el mejor jugador de la historia de League of Legends. Aunque su trono ha sido puesto en entredicho a lo largo de las últimas temporadas debido a su ausencia en las fases finales de las últimas competiciones mundiales, el mid laner sigue siendo el único capaz de ganar los Worlds en tres ocasiones y todavía se prepara para un cuarto y último asalto a la gloria planetaria manteniéndose fiel al equipo de T1.
Sin embargo, en miles de partidas jugadas a lo largo de toda su carrera, hay una en particular que le persigue. No hablamos de un mal enfrentamiento en competitivo ni de un ridículo sobre el escenario, si no del momento más anecdótico e irrelevante. Una simple partida que el coreano jugaba antes de emprender su viaje hacia el próximo campeonato mundial y en la que el mid laner no parecía tomarse demasiado en serio las cosas.
En ese contexto, tuvimos la oportunidad de ver como un jugador del rango Oro era capaz de acabar con el entonces mejor jugador del mundo. Todo debido a que Faker se lo puso bastante sencillo y empezó a jugar demasiado agresivo sabiendo que prácticamente cualquier jugador no profesional es un noob comparado con él. Una osadía que pagó cara y que desde entonces se recuerda prácticamente con cada aniversario.
Evidentemente, la jugada no dice mucho del nivel de habilidad de los jugadores. Sin embargo, es curioso cómo gracias a las partidas normales y clasificatorias flexibles, se pueden dar este tipo de situaciones en la que jugadores como Faker acaben enfrentándose a oponentes de un nivel muy inferior. Algunos profesionales, como Rekkles, parecen tomárselo muy en serio, mientras que en otras ocasiones vemos como la intención es simplemente conseguir ventaja y comprar objetos muy rápidos para pasar un rato agradable sembrando el terror en la Grieta del Invocador… pero no siempre sale bien.