La seguridad de CS:GO ha quedado en entredicho durante las últimas jornadas. Junior, un jugador profesional norteamericano que actualmente milita en Triumph Gaming, ha visto como más de 20.000 dólares de su cuenta invertidos en skins del juego desaparecían en una transacción no autorizada. Presuntamente, realizada por unos hackers que se saltaron todas las normas de seguridad e incluso la verificación en dos pasos.
Así lo ha relatado el jugador en sus redes sociales, que afirma tener todas las medidas de seguridad posible en su cuenta. Entre ellas el clásico Steam Guard que nos obliga a iniciar sesión introduciendo un código que aparece en nuestro teléfono y a aceptar manualmente cualquier acción que se realice desde nuestro inventario. Un sistema que hasta ahora era prácticamente infranqueable y que parece no ser ese muro de seguridad que todos los jugadores pensaban.
Este caso podría no ser el único. Desde que el jugador anunció el problema en su cuenta personal de Twitter hace apenas 24 horas ha habido otro episodio polémico en Counter-Strike. Se trata del baneo de Krimz, un jugador sueco de Fnatic casi legendario que habría sido pillado utilizando trampas en las últimas horas. Una sanción que a muchos le está costando creerse viendo los últimos acontecimientos y de la que también se sospecha que podría haber sido un hacker desde su cuenta.
Como era de esperar, la desarrolladora no se ha pronunciado al respecto de estos problemas en sus canales de comunicación oficiales. La estrategia comunicativa siempre ha sido uno de los grandes lastres de Valve y su gestión de CS:GO. Sin embargo, era de esperar que hicieran una excepción ante la emergencia de la situación. No se trata solo de que hayan robado a un jugador profesional, si no de que si han podido hacerlo una vez quizás puedan hacerlo todas las que quieran.