Uno de los grandes problemas de VALORANT desde un punto de vista competitivo no está cogiendo por sorpresa a Riot Games. La desarrolladora tiene experiencia en este mundo de los juegos como servicio y sabe exactamente cuáles son los puntos débiles cuando se trata de gestionar un esport. Es precisamente esa veteranía la que le ha dado una de las recetas clave para solucionar el gran defecto de la gestión del juego en este ámbito.
El problema no es otro que los parches. Cada dos semanas una actualización puede cambiar por completo el funcionamiento de un personaje o arma, modificando el metajuego y haciendo que algunos equipos tengan que ir a su próximo partido sin un periodo de adaptación. Esto genera un factor que siempre hay que evitar en los esports: la posibilidad de que no gane el equipo que mejor juega.
Dicen aquello de que a grandes males hay grandes soluciones, y Riot Games ya tiene la suya desde hace tiempo. Se trata de un servidor de torneos. Existe en League of Legends desde que muchos usuarios tienen uso de memoria y permite a Riot Games tener un espacio de juego paralelo en el que separar la versión que se utiliza en competición de la del servidor en vivo. Gracias a esto es posible, por ejemplo, que la Superliga Orange se juegue un parche por detrás del que usan los jugadores.
La medida está a medio implementar ahora mismo, ya que todo First Strike se va a jugar en una única línea de versiones. Se trata de un periodo de prueba preliminar y preparado para esta competición en concreto y no de una estructura definitiva, pero de momento cumple su función hasta que este “Tournament Reals”, como lo han bautizado para VALORANT, esté completamente desplegado próximamente.
De momento, Riot Games no ha dado una fecha definitiva, pero se espera que llegue relativamente pronto y conforme la desarrolladora se vaya implicando en mayor medida en la competición del juego.