Seraphine es la última campeona que ha llegado a la Grieta del Invocador. Sin embargo, el reciente lanzamiento de Riot Games ha llegado acompañado por polémica desde bastante antes de pisar el universo del juego por una campaña de márquetin que, aunque fue bastante original y bien recibida al principio, comenzó a tornarse un poco extraña debido a una ejecución cuanto menos cuestionable por parte de la desarrolladora.
En una campeona que se quiso hacer real, desvelar que sus poderes musicales vienen directamente de cristales que contienen las almas de los brackerns, a la que pertenece Skarner, no acabó de sentar bien. Tampoco lo hizo su meme bloqueando en Twitter por el supuesto parecido con Sona o el hecho de que se dejara entrever una inestabilidad emocional que muchos de las personas que la sufren se tomaron como un insulto.
La idea fue brillante desde cualquier punto de vista mientras la cuenta se dedicó solamente a contar la historia de Seraphine en un medio narrativo del todo novedoso. Un hilo de Manuel Bartual elevado a la enésima potencia que se acabó descarrilando y que, finalmente, ha hecho que la artista responsable del diseño acabe dando la cara después de ser mencionada de forma directa como la responsable de todo el proceso.
Según declaró la artista en un hilo de Twitter: “las redes sociales son un nuevo medio para contar historias con un impacto impredecible en el mundo real. Hay cosas que aprendimos y todavía estamos aprendiendo, pero siempre nos tomamos en serio nuestra responsabilidad con su fans (de Seraphine)”. “Por favor, no acoses a ninguna de las personas que trabajaron en este proyecto ni sus fans. Entiendo que puede sentirse bien intentarlo con un personaje de ficción o una corporación sin rostro, pero estas palabras hieren a personas reales. Piensa antes de asumir lo peor de nosotros”, concluyó.
Desde que la problemática estalló con Seraphine, Riot ha ido dando marcha atrás y reconociendo errores. La campaña era arriesgada y podía salir mal en cualquier momento incluso si todo iba bien, algo que acabó sucediendo. Sin embargo, la crítica ha sido desmesurada y mal dirigida. El hecho de que la historia no saliera como muchos hubieran querido no autoriza a acosar personalmente a los que ejecutaron el proyecto de la empresa. Cada uno puede decir lo que considere del mencionado proyecto, pero seguir directrices creativas haciendo tu mejor esfuerzo por lograr un resultado y fracasar pese a haber tenido tu mejor intención no debería tener consecuencias tan sumamente destructivas.