Uno de los problemas históricos de CS:GO y la mayoría de shooters online han sido los hackers. Aunque no hay tantos tramposos como normalmente creemos, basta con que uno de diez jugadores aparezca en nuestra partida aprovechándose de ventajas ilegítimas para arruinar nuestra experiencia de juego y quitarnos por completo las ganas de seguir jugando.
Los hay que demuestran de forma fehaciente que están haciendo trampas y los que tratan de ocultarlo por todos los medios. El resultado siempre es parecido y termina con un baneo irremediable salvo que el jugador acuda a dispositivos que pueden valer miles de euros y funcionan de formas algo más complejas que el habitual software que apunta por ellos y les garantiza los disparos a la cabeza.
Sin embargo, hay jugadores para los que las trampas no son suficientes. Ni ver a través de la pared ni contar con scripts que permitan realizar bunnyhop sirvieron de nada al protagonista de la jugada que traemos hoy, que firmó un descalabro sin precedentes en el mapa de Vertigo. De hecho, aunque la causa de la muerte sea la caída al vacío por los 51 pisos del mapa, lo que provocó la caída fue que el jugador estaba intentado acabar de forma ilegítima con el rival.
Aunque normalmente achacamos este tipo de jugadas desafortunadas a despistes y son más habituales en Vertigo de lo que todos queremos reconocer, lo cierto es que en esta ocasión se trata casi de un evento de justicia poética. Un castigo justo pero insuficiente por arruinar la partida a los jugadores rivales y tener, aun encima, la poca cortesía de no tratar de esconderlo.
Valve parece estar tramando algo grande en CS:GO para resarcirse de los eventos de los últimos tiempos. Tiene trabajo por delante y, aunque desde que se implementó VACnet la cosa va mucho mejor en lo referido a los tramposos, esta es una de las áreas donde más mejoras nos gustaría ver.