Cada nuevo campeón que llega a League of Legends es todo un acontecimiento. Sin embargo, casi siempre caemos en debates cíclicos y recurrentes como que un personaje llega demasiado fuerte y tiene que ser nerfeado, o un personaje empieza con mal pie en cuanto a porcentaje de victorias porque los jugadores aún no han tenido tiempo para probarlo debidamente y aún así Riot lo sobrebufa antes de darnos tiempo. Es el ciclo de la vida en League of Legends.
Con Samira parece que hemos vivido varios de estos episodios. A pesar de tener un porcentaje de victoria negativo durante los primeros momentos disponible, os avisamos de que era muy peligrosa y de que podía condicionar el metajuego si disponía de tiempo para que los jugadores le sacasen todo el jugo. Y es precisamente eso lo que ha sucedido: Samira tiene un 75% de bloqueos en League of Legends en este preciso instante.
Este número es tan elevado que le saca 34 puntos porcentuales al segundo que es Zed y casi dobla al tercero, Darius. Con estos datos en la mano, es casi imposible jugar Samira si te gusta el campeón; y eso que cuenta con un 12.93% de elecciones que la colocan con el 11º campeón más usado de todo League of Legends según los datos de LoLAlytics. Tranquilos, a pesar de la ingente cantidad de bloqueos, las partidas jugadas son más que suficientes como para que Riot Games pueda seguir de cerca su rendimiento.
Samira es un campeón que quizás tenga demasiadas cosas para ser un ADC, o al menos lo que tradicionalmente consideramos un ADC: hostigamiento de lejos, movilidad inusitada, curación en la habilidad definitiva, un techo de habilidad muy alto y la posibilidad de bloquear proyectiles, por citar algunas características. Es razonable que mucha gente le tenga miedo, ya que es de esos campeones que en buenas manos, puede ser un dolor de muelas.